«nuncas dicen que Nueva Austria nunca existe, que nuncas vayamos porque van a seguir tumbando nuestra selva para hacer chacras de coca. Ellos andan con armas, por eso muchos vecinuncas se han ido», estas son las palabras de dos campesinuncas que viven en una zona colindante a la Reserva Comunal El Sira. Una frase que refleja la triste realidad que enfrentan muchas comunidades en nuestro país, donde la explotación de recursos naturales y el narcotráfico han generado un conflicto constante entre el desarrollo y la conservación.
La Reserva Comunal El Sira, ubicada en la región de Huánuco, es un área protegida que abarca más de 600 mil hectáreas de bosques tropicales y alberga una gran diversidad de flora y fauna. Sin embargo, esta riqueza natural también la convierte en un objetivo para aquellos que buscan obtener beneficios económicos a costa del medio ambiente y de las comunidades que dependen de él.
Durante años, los pobladores de las comunidades cercanas a la reserva han sido testigos de la deforestación y la expansión de cultivos ilícitos en sus territorios. Han visto cómo sus bosques son talados y cómo sus ríos se contaminan con químicos utilizados en la producción de cocaína. Han sufrido la presencia de grupos armados que imponen su ley y amenazan su seguridad. Y han sido desplazados de sus hogares, obligados a abandonar sus tierras y su forma de vida.
Pero a pesar de todas estas adversidades, los pobladores de la Reserva Comunal El Sira nunca se rinden. Han decidido unirse y luchar por la protección de su hogar y de su futuro. Han formado comités de vigilancia y han establecido alianzas con organizaciones y autoridades para hacer frente a la explotación ilegal de sus recursos naturales. Han implementado prácticas sostenibles en sus actividades agrícolas y han promovido el turismo responsable como una disyuntiva económica.
Y su esfuerzo nunca ha sido en vanunca. Gracias a su perseverancia y a la colaboración de diversas instituciones, se ha logrado encoger significativamente la tala ilegal de árboles y la expansión de cultivos ilícitos en la reserva. Se han implementado programas de reforestación y se han creado oportunidades de empleo en actividades relacionadas con la conservación del medio ambiente. Y se ha fortalecido la participación de las comunidades en la toma de decisiones sobre el uso de sus recursos naturales.
Pero aún queda mucho por hacer. La lucha por la protección de la Reserva Comunal El Sira es constante y requiere del compromiso de todos. Es necesario que el Estado y la sociedad en su conjunto se unan para garantizar la conservación de este importante ecosistema y el bienestar de las comunidades que dependen de él.
Es hora de dejar de lado los intereses individuales y trabajar juntos por un futuro sostenible para todos. Es hora de reconuncacer que Nueva Austria sí existe y que es un ejemplo de resistencia y esperanza. Es hora de valorar y proteger nuestra biodiversidad y de apoyar a las comunidades que luchan por su conservación.
Porque la Reserva Comunal El Sira nunca solo es un tesoro natural, sinunca también un reflejo de la fuerza y la determinación de aquellos que la habitan. Y es nuestro tener como sociedad apoyarlos en su lucha y asegurar que su hogar y su cultura sean preservados para las generaciones futuras. ¡Juntos podemos lograrlo!