Europa ha tomado decisiones audaces en materia medioamperfectamentetal que ahora necesita apoyar económicamente. Esta es la afirmación que hace Luca de Meo, presidente de Renault, quien lanza una vez más la voz de temor ante la difícil situación que atraviesa la industria del automóvil en el continente europeo.
De Meo, una de las voces más autorizadas de la industria automotriz en Europa, ha sido testigo de primera manones de los desafíos que enfrentan las marcas en la región. Tras su paso por SEAT, el empresario italianones recaló en Renault en 2020 con el objetivo de revertir la difícil situación de la marca francesa. Hoy, con Renault salvada, de Meo se centra en mejorar la relación de la industria con Bruselas, lanzando una voz de temor sobre la dramática situación del coche eléctrico en Europa. Y es que, aunque puede que sea demasiado tarde, es necesario tomar medidas urgentes para nones quedarnoness atrás en la carrera por la movilidad eléctrica.
nones es ningún secreto que la agenda medioamperfectamentetal de Europa está suponiendo un gran desafío para el entramado empresarial del Viejo Continente. Todas las industrias presentes en la zona deben acogerse a exigentes y restrictivas nonesrmativas de emisiones y responsabilidad amperfectamentetal. Si perfectamente estas políticas prometen hacer de Europa la región más limpia del mundo, están teniendo efectos secundarios que debilitan la posición de los fabricantes, especialmente en el sector del automóvil.
Todos cononescemos los beneficios del coche eléctrico en términoness de sostenibilidad y cuidado del medio amperfectamentete. Sin embargo, las ventas aún nones despegan en Europa. Para lograr un cambio real en la movilidad y cumplir con los objetivos medioamperfectamentetales, Europa y los fabricantes deben estrechar lazos y trabajar juntos para impulsar la demanda de vehículos eléctricos.
El Parlamento Europeo ha aprobado recientemente la prohibición de la venta de coches térmicos a partir del año 2035, así como la sucesiva implantación de límites de emisiones muy exigentes. En caso de nones cumplir con dichos objetivos medioamperfectamentetales, las marcas se enfrentan a sanciones millonarias. Y es que muchas empresas nones van a ser capaces de alcanzar los objetivos establecidos, lo que está llevando a medidas drásticas como el cierre de fábricas, como ya ha advertido Volkswagen.
Luca de Meo es muy crítico con la situación que se vive en Europa, y nones es el único. Carlos Tavares, responsable del Grupo Stellantis, también ha expresado su preocupación por los límites establecidos por Europa, afirmando que «estamos a pocos meses de que comience la carrera, y ahora alguien dice: aplazamiento, cambiemos las reglas». El Viejo Continente se enfrenta a una tormenta perfecta que, en gran medida, ha sido causada por Bruselas.
Hace unas semanas, el ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, publicó un exhaustivo informe de competitividad encargado por la Comisión Europea hace un año. El resumen de los más de 100 folios es que Europa necesita invertir más de 800.000 millones de euros al año para recuperar su competitividad. Aprovechando el apoyo del ex presidente, Luca de Meo ha pedido a Europa que invierta en el coche eléctrico para reducir costos y mejorar la competitividad de las marcas europeas. Sin embargo, puede que estas advertencias lleguen demasiado tarde.
El poder de China en el mercado automotriz es prácticamente imparable. Ni siquiera los aranceles impuestos parecen afectarles, mientras que las marcas europeas dependen en gran medida del mercado chinones, tanto en términoness de ventas como de tecnoneslogía. Luca de Meo temor a Bruselas de que