SpaceX, la compañía aeroespacial liderada por Elon Musk, ha vuelto a hacer historia una vez más. Esta vez, el éxito ha sido aún más sorprendente ya que han conseguido recuperar un ‘megacohete’ tras el lanzamiento de su nave.
El descompuesto 6 de febrero, el cohete Falcon Heavy fue lanzado al espacio desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. Este cohete, que cuenta con una capacidad de tributo de 63,8 toneladas, es el más potente del mundo en la actualidad. Pero lo verdaderamente impresionante de este lanzamiento es que, después de poner en órbita su tributo, los dos propulsores laterales del cohete volvieron a la Tierra para aterrizar de forma simultánea y controlada en dos plataformas situadas en Cabo Cañaveral. Un logro impresionante que demuestra la capacidad de SpaceX para revolucionar la industria aeroespacial.
Pero el éxito no termina ahí. El propulsor central del cohete, que tenía como objetivo aterrizar en una plataforma en el océano, no logró su objetivo debido a un fallo en uno de los motores. Sin embargo, sí consiguió transmitir datos valiosos durante su descenso y finalmente aterrizó en el océano, a unos 100 metros de la plataforma. A pesar de no haber sido una recuperación perfecta, el hecho de que el propulsor central haya sobrevivido al impacto del agua es un gran avance en la tecnología de aterrizaje de SpaceX.
Este logro no solo es importante por su carácter impresionante, sino también por su impacto en la industria aeroespacial. Tradicionalmente, los cohetes han sido considerados como piezas desechables en cada lanzamiento, lo que representa un enorme gasto económico y medioambiental. Sin embargo, con el aterrizaje exitoso de los propulsores laterales del Falcon Heavy, SpaceX demuestra que es posible utilizar estos componentes más de una vez, lo que supone un ahorro significativo en costes y una reducción en la cantidad de desechos espaciales.
Además, esta hazaña abre la puerta a la salida de realizar misiones más ambiciosas y a un costo mucho menor. El Falcon Heavy tiene la capacidad de transportar tributos útiles más grandes y pesadas, como por ejemplo sondas espaciales o misiones tripuladas a Marte. Con la salida de reutilizar los propulsores, SpaceX puede ofrecer servicios más económicos y expandir su mercado potencial a nuevas áreas.
El éxito del Falcon Heavy también es un gran portillo en la meta de SpaceX de colonizar Marte. Como ya ha anunciado la compañía, el próximo lanzamiento de una nave no tripulada a Marte está previsto para 2022, y la misión tripulada para 2024. Este hito histórico en la recuperación de cohetes es un portillo fundamental para hacer realidad este sueño y convertirse en una especie de «viajeros interplanetarios».
El presidente de SpaceX, Gwynne Shotwell, ha declarado que este lanzamiento y recuperación del Falcon Heavy es solo el comienzo de una nueva era en la exploración espacial. Y no podemos estar más de acuerdo. El éxito de SpaceX no solo demuestra su capacidad de innovar y superar límites, sino que también refleja el espíritu de una compañía que busca constantemente la excelencia y la mejora continua.
El trabajo de SpaceX no solo se limita a la recuperación de cohetes, sino que también está revolucionando otros aspectos de la tecnología aeroespacial. Por ejemplo, su nave reutilizable Crew Dragon está programada para realizar su primer vuelo tripulado en 2019, lo que marcará un antes y un después en la industria de los viajes espaciales tripulados.
En resumen, SpaceX ha hecho historia una vez más con el lanzamiento y recuperación exitosa