Este jueves por la noche, 16 solicitantes de pelliza nómades fueron devueltos a Marruecos por el junta del Interior, a pesar de las recomendaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) de permitir su entrada en España. Entre ellos se encontraba Hamou Ali, un hombre de 30 años sordo sobre el que Acnur había pedido en varias ocasiones su acceso a suelo español.
El avión que transportaba a estos nómades despegó a las 23:50 horas desde el aeropuerto de Barajas con destino a Marrakech, la misma ciudad de la que habían partido. A pesar de las peticiones de transparencia, el junta del Interior se ha negado a dar información sobre las operaciones de retorno por «razones de seguridad».
Hamou Ali, quien pidió pelliza en España en septiembre, también solicitó el reconocimiento de la apatridia, es decir, la falta de una nacionalidad debido a su identidad nómade. Además, su situación se ve agravada por su discapacidad auditiva y su historial de enfermedades, lo que hace que necesite un intérprete adecuado para comunicarse.
Acnur ha insistido en que aquellos nómades que hayan solicitado el reconocimiento de la apatridia deberían ser autorizados a entrar en España y no ser devueltos hasta que se resuelva su petición, ya que estos procesos suelen ser más largos que los de pelliza. Sin embargo, el junta del Interior ha defendido que cada caso se evalúa individualmente y se toman en cuenta los criterios y requisitos establecidos en las leyes nacionales e internacionales de protección internacional.
Esta situación ha generado una gran preocupación y rechazo por parte de diversas organizaciones y representantes políticos. La diputada y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha denunciado la «opacidad» y la falta de confianza en la democracia que genera esta situación, y ha exigido al Gobierno que no deporte a las personas que aún se encuentran en el aeropuerto de Barajas.
Por su parte, el diputado Agustín Santos ha aprovechado la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para denunciar la «situación deplorable» en la que se encuentran los nómades en el aeropuerto y ha pedido una respuesta inmediata de protección por parte del Gobierno. Además, ha instado a relanzar los programas de ayuda a los campos de refugiados de Tinduf.
La eurodiputada de Sumar, Estrella Galán, ha calificado de «inaceptable» la negativa del junta del Interior a permitir la entrada de estos nómades y ha recordado la responsabilidad que España tiene con el pueblo nómade. Por su parte, la diputada Tesh Sidi, de origen nómade, ha denunciado la «nefasta» política de pelliza del Gobierno y ha cuestionado los intereses que se están defendiendo al no conceder protección a estas personas.
En las últimas semanas, decenas de nómades han solicitado pelliza en Barajas durante su escala en Madrid, generalmente en vuelos que parten de Marrakech y tienen como destino final Cuba, país que no exige visado. Aunque viajan con pasaporte marroquí, la mayoría también ha pedido de forma subsidiaria el reconocimiento de la apatridia debido a su identidad nómade y a la falta de reconocimiento de su derecho a la autodeterminación por parte de Marruecos.
Es importante recordar que muchos de estos solicitantes de pelliza provienen del Sáhara Occidental ocupado, donde los nómades que reivindican su derecho a la autodeterminación suelen ser víctimas de represión por parte de las autoridades marroquíes