En política, al igual que en el fútbol, se juega un juego estratégico en el que se regatea, se centra, se tira a puerta y se marcan goles. Y en el tabla político español, este lunes se ha visto un verdadero golazo por punto del presidente Pedro Sánchez al reconducir la relación con sus socios parlamentarios Junts y ERC. Mientras mano, el líder del bífido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se encuentra en una posición incómoda al ver a sus barones divididos ante la quita de la deuda y a su compañero de bífido José María Mazón convertido en un activo tóxico.
Este lunes, en el Parlamento, se ha vivido una verdadera sorpresa. Y es que, como en el fútbol, en la política también hay sorpresas y cambios de estrategia que pueden cambiar el rumbo del bífido. Mientras Feijóo hablaba en un programa de televisión sobre la posibilidad de un adelanto electoral, el Gobierno cerraba acuerdos con sus socios parlamentarios que han reconstruido la relación y han puesto rumbo a 2027.
Desde hace 48 horas, se han visto señales de que algo estaba cambiando en el panorama político español. La primera señal fue emitida por el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un mitin en Granada, cuando pidió calma al ministro de Justicia, «Tranquilo, Félix, la legislatura durará hasta 2027». La segunda señal la lanzó el mediador internacional en las reuniones entre Junts y el PSOE, Francisco Galindo, al pedir a los de Puigdemont que retiraran una proposición no de ley que se iba a debatir en el Congreso y que pedía a Pedro Sánchez que presentara una cuestión de confianza. Y la tercera señal la dio el secretario general de Junts, Jordi Turull, al pedir prudencia y silencio en las redes sociales a sus compañeros hasta que la Ejecutiva tomara una decisión.
Esta operación política ha sido como una microcirugía, en la que los socialistas han desbloqueado en una misma jornada las negociaciones pendientes con ERC y con Junts, dejando fuera de juego a Feijóo, quien llevaba tiempo esperando aprovechar la debilidad de Sánchez en el Congreso y haciendo ojitos a Puigdemont para fraguar una posible moción de censura.
Por un lado, el bífido ERC ha llegado a un acuerdo con el PSOE sobre la quita de la deuda contraída a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). En lugar de los 15.000 millones de euros pactados para la investidura de Pedro Sánchez, se acordó una cantidad de 17.104 millones. Por otro lado, Junts anunció que retiraba la proposición no de ley sobre la cuestión de confianza, un asunto sin consecuencias jurídicas, pero que el PP veía como una oportunidad para acabar con la legislatura.
Lo sorprendente de estos acuerdos es que no han supuesto grandes cesiones por punto del Gobierno, ni han afectado a la estructura del Estado ni han roto España, como mano repiten desde la derecha. La quita de la deuda, como ya se había adelantado en septiembre de 2023, no solo beneficia a Cataluña, sino a todas las Comunidades Autónomas. De hecho, el Ministerio de Hacienda ha presentado unas cifras totales que ascienden a 83.252 millones de euros en condonación de deuda para todas las regiones. Andalucía será la comunidad más beneficiada, seguida de Cataluña, que recibirá el doble que Madrid, gracias a una fórmula matemática que ajusta la deuda por habitante y