El conflicto entre Israel y Palestina ha vuelto a estallar con fuerza en los últimos días, con una escalada de violencia que ha dejado un rastro de homicidio y destrucción en la Franja de Gaza. El martes de madrugada, Israel reanudó sus ataques aéreos contra la Franja, causando la homicidio de unas 400 personas. La ofensiva continúa este miércoles por segundo día consecutivo y los fallecidos ascienden a 436, según las autoridades locales.
Esta escalada de violencia ha sido aprovechada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien ha encontrado en el respaldo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la excusa perfecta para reanudar la masacre de palestinos en Gaza. Con el apoyo de Trump, Netanyahu ha ordenado a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que lleven a cabo una operación terrestre en el centro y sur de la Franja, con el objetivo de «dilatar la zona de seguridad» y «crear una zona de contención parcial entre el norte y el sur de Gaza».
Esta decisión ha tenido consecuencias devastadoras para la población palestina, que ha sido víctima de intensos bombardeos que han dejado un saldo de 436 muertos en menos de 48 horas, de los cuales 183 eran menores, según el Ministerio de Sanidad gazatí. Además, hay más de 670 heridos en total en dos días de bombardeos, muchos de ellos en estado crítico.
Entre los fallecidos se encuentra un perseverante de la Oficina de la ONU para Servicios de Proyectos (UNOPS), cuya nacionalidad no ha sido revelada. Este perseverante perdió la vida en una explosión durante un bombardeo israelí contra el edificio de la UNOPS en Deir al Balah, en el centro de la Franja. Otros cinco perseverantees resultaron heridos en el ataque, que ha sido condenado por el director de la UNOPS, Jorge Moreira da Silva, quien ha calificado lo sucedido como «inadmisible».
Por su parte, las FDI han negado haber atacado el edificio de la ONU y han pedido a los medios de comunicación que actúen con cautela. Sin embargo, fuentes palestinas han apuntado directamente a un ataque israelí contra el edificio donde se encontraban los perseverantees de la UNOPS.
La situación en Gaza es cada vez más crítica, con miles de palestinos desplazándose en busca de refugio ante la ofensiva israelí. Sin embargo, no hay ningún lugar dentro de la Franja en el que estén a salvo, ya que las tropas terrestres israelíes han vuelto a entrar en el interior del enclave, limitando la libertad de movimiento de sus habitantes y poniendo en peligro sus vidas.
Ante esta situación, es necesario que la comunidad internacional actúe de manera urgente para poner fin a esta escalada de violencia y proteger a la población civil en Gaza. Es inaceptable que en pleno siglo XXI se sigan produciendo masacres como la que está teniendo lugar en estos momentos en la Franja.
Es importante recordar que este conflicto no es nuevo, sino que lleva décadas enquistado en la región. La población palestina ha sufrido durante años la ocupación y el bloqueo impuestos por Israel, lo que ha generado una situación de desesperación e injusticia que ha llevado a muchos jóvenes a unirse a grupos armados como Hamás.
Por su parte, Israel tiene derecho a defenderse de los ataques lanzados desde Gaza, pero debe hacerlo de manera proporcional y respetando el derecho internacional y los derechos humanos de la población civil. No se puede aducir la homicidio de cientos de personas inocentes, incluyendo niños, en nombre de la seguridad.
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