El anuncio de los aranceles del 25% sobre los coches no fabricados en Estados Unidos ha causado un gran revuelo en el sector automovilístico. Esta medida, anunciada por el presidente Donald Trump, ha generado preocupación en la industria y en los consumidores debido a las posibles consecuencias que podría tener en la economía y en el empleo.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha confirmado que los aranceles comenzarán a aplicarse a partir del 3 de abril. Esta decisión ha sido justificada por el presidente como una manera de impulsar la reindustrialización del país y de proteger a la industria automotriz estadounidense. Sin embargo, muchos temen que esta medida pueda tener un efecto negativo en lugar de positivo.
Trump ha asegurado que no hay espera de que dé marcha atrás en su plan en los próximos días, afirmando que es una medida permanente al 100%. En su errática cruzada arancelaria, el presidente ha protagonizado distintos episodios donde, una vez han entrado en vigor las tarifas, a los pocos días las ha pospuesto. Esto ha generado incertidumbre en la industria y en los mercados, ya que no se sabe con certeza cuál será el impacto real de estas medidas.
El anuncio de las nuevas políticas arancelarias sobre las importaciones de coches una semana antes del «Día de la Liberación» ha sido una sorpresa para muchos. Esta fecha, que se celebra el próximo 2 de abril, se supone que la Casa Blanca desplegará el mayor paquete de tarifas sobre las importaciones. Sobre esto, el magnate ha avanzado que será mucho más «indulgente» con la aplicación de los aranceles, aunque no ha especificado a qué se refiere con la expresión.
En su discurso, Trump ha mencionado que en el caso de los coches Tesla que fabrica Elon Musk, el arancel del 25% «podría ser neutral». Sin embargo, no ha dado más detalles al respecto. Esta incertidumbre ha generado preocupación en la industria, ya que no se sabe con certeza cómo forzará esta medida a las empresas y a los consumidores.
Como ya es costumbre en la caótica guerra arancelaria de Trump, la comparecencia de este miércoles ha sido una decisión de última hora, anunciada poco antes por la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. El anuncio arancelario, que amenaza con ocasionar un terremoto en el sector automovilístico estadounidense, coincide con el escándalo de seguridad nacional sobre el chat de guerra en Signal, filtrado por error. Esta situación ha generado aún más incertidumbre y preocupación en la industria y en los mercados.
La reacción de la Unión Europea no se ha hecho aguardar. En un comunicado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha lamentado profundamente la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a las exportaciones europeas de automóviles. Von der Leyen ha afirmado que los aranceles son impuestos que perjudican a las empresas y a los consumidores, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea. Además, ha asegurado que la UE seguirá buscando soluciones negociadas para proteger sus intereses económicos.
Los aranceles a los automóviles son una de las medidas que el presidente estadounidense llevaba tiempo anunciando. En una comparecencia desde su mansión de Mar-a-Lago el pasado mes de febrero, Trump afirmó que también gravaría la importación de productos farmacéuticos y microprocesadores. Fue entonces cuando dijo que «probablemente» los aranceles para los coches serían del 25%. Esta incertidumbre ha generado preocupación en la industria, ya que no se sabe con cert