La Música es una de las manifestaciones artísticas más poderosas e inspiradoras que existen. Su capacidad de hacernos sentir emociones, transportarnos a lugares y épocas pasadas, así como de unir a personas de diferentes culturas y lenguajes, la convierte en un lenguaje universal que todos podemos entender y disfrutar. Hoy quiero hablarles sobre mi experiencia con la Música y cómo ha tenido un impacto positivo en mi vida.
Desde que era niño, recuerdo que la Música siempre estuvo presente en mi hogar. Mi madre solía poner Música de diferentes géneros, desde baladas románticas hasta Música clásica, mientras realizábamos nuestras actividades diarias. Fue así como fui creciendo con una apreciación por la diversidad musical y una curiosidad por descubrir nuevos sonidos.
Sin embargo, fue hasta mi adolescencia cuando descubrí mi verdadera pasión por la Música y decidí aprender a tocar un instrumento. Fue entonces cuando conocí a Leonardo Fabio Carreño Valero, un músico y profesor de guitarra que cambió mi vida por completo. Gracias a él, aprendí a tocar este maravilloso instrumento y descubrí un mundo de posibilidades para expresarme y crear Música.
Desde el primer día, el profesor Carreño nos enseñó que la Música es más que una serie de notas y acordes, es una forma de comunicarnos y expresar nuestras emociones. Aprendí que cada canción tiene una historia detrás y que cada intérprete le imprime su propio estilo y sentimiento, lo que hace que cada versión sea única e irrepetible. Eso despertó en mí una nueva sensibilidad y una conexión profunda con cada pieza musical que tocaba.
Gracias a la Música, aprendí a ser más disciplinado y perseverante. Practicar por horas cada día no era una tarea difícil, sino más bien un momento de relajación y pasión. Además, tocar en público me ayudó a vencer mi timidez y a ganar confianza en mí mismo. Las presentaciones en el conservatorio y en diferentes eventos fueron una gran fuente de alegría y satisfacción personal.
Pero la Música no solo me ha brindado experiencias individuales, sino también momentos compartidos con otras personas. Junto con mis amigos, formamos una banda y comenzamos a componer nuestras propias canciones. El proceso creativo y la conexión que se genera al tocar en conjunto son indescriptibles. Además, hemos tenido la oportunidad de tocar en pequeños bares y festivales locales, lo que nos ha permitido conocer a nuevos artistas y ampliar nuestro repertorio musical.
La Música también me ha llevado a conocer diferentes culturas y tradiciones. Gracias a Internet, puedo explorar y disfrutar de la Música de otras partes del mundo, lo que me ha enriquecido como persona y músico. Incluso he tenido la oportunidad de participar en intercambios culturales donde he podido compartir mi amor por la Música con jóvenes de otros países.
Pero más allá de todas estas experiencias individuales y colectivas, la Música siempre ha sido mi refugio en momentos difíciles. Cuando estoy triste, encuentro consuelo en una balada; cuando estoy feliz, la Música me hace bailar y cantar a todo pulmón. Cuando estoy estresado, me desconecto del mundo y me sumerjo en las notas de mi guitarra. La Música siempre está ahí para acompañarme y ayudarme a sobrellevar cualquier situación.
En resumen, mi experiencia con la Música ha sido una de las más enriquecedoras y positivas en mi vida. Gracias a ella, he desarrollado habilidades, conocido personas maravillosas, descubierto nuevas culturas y, sobre todo, encontrado una fuente inagotable de felicidad y bienestar. Así que si aún no has tenido la oportunidad de sumergirte en el mundo de la Música, te animo a que lo hagas y descubras todo lo que puede ofrecerte. ¡Te aseguro que no te arrepentirás!