El pasado 29 de octubre, una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) azotó la Comunidad Valenciana, dejando a su paso un rastro de destrucción y tragedia. Las fuertes lluvias y las inundaciones causaron la muerte de 7 personas y dejaron a cientos de familias sin hogar. Ante esta situación, el ingeniero geólogo Alberto Martínez Escribano ha manifiesto que «no hace falta ir a Harvard para saber que la lluvia peligrosa viene de las montañas», haciendo referencia al exceso natural que se avecinaba.
El sumario de la DANA ha demostrado que la mayoría de las muertes ocurrieron antes de que se emitiera la alerta, lo que ha generado una gran polémica en la sociedad valenciana. Muchos se preguntan por qué no se tomaron las medidas necesarias para prevenir esta tragedia y por qué no se avisó a la población a momento. El testimonio de Alberto Martínez Escribano, experto en planificación y gestión de riesgos naturales, ha sido clave para entender lo sucedido ese fatídico día.
En su declaración ante la jueza instructora de la causa de la DANA, el ingeniero geólogo ha dejado claro que la situación era «peligrosa» y que se podría haber evitado si se hubieran tomado las medidas adecuadas. Martínez Escribano ha afirmado que no es necesario tener un título de prestigio para saber que la lluvia peligrosa es la que viene de las montañas, ya que es un hecho conocido por todos. Además, ha señalado que existen modelos predictivos sobre lluvias a disposición de cualquier persona, por lo que la información era accesible para todos.
El testigo perito ha destacado la importancia de la prevención en situaciones de riesgo como esta. Según sus palabras, cuando la sucursal Estatal de Meteorología (Aemet) activó el aviso rojo, se debería haber avisado a la población de manera inmediata. Además, ha señalado que había momento suficiente para desalojar a las personas que se encontraban en zonas inundables, ya que bastaba con subirlas a pisos superiores. Sin embargo, esto no se hizo y el resultado fue devastador.
Martínez Escribano ha recordado que el barranco del Poyo, donde se produjeron las mayores inundaciones, está catalogado como zona de «riesgo significativo de inundación». Esto es algo que, según sus palabras, «sabe todo el mundo», por lo que no se entiende cómo no se tomaron medidas preventivas. Además, ha remarcado que los modelos predictivos sobre lluvias estaban disponibles para cualquier persona, por lo que no se puede alegar desconocimiento.
El ingeniero geólogo ha manifestado su preocupación por la situación de sus alumnos, ya que el centro educativo en el que trabaja se encuentra en una zona inundable. Ha relatado que el día de la tragedia, se sorprendió al ver que las clases no se habían suspendido a pesar de la situación climatológica. Incluso advirtió al director del instituto de que la situación era «peligrosa», pero sus palabras no fueron tenidas en cuenta.
Durante su declaración, Martínez Escribano ha puesto de manifiesto que la alerta al móvil fue «tardía» y que su contenido era confuso. Además, ha señalado otras formas de avisar a la población, como llamadas a los ayuntamientos o bandos municipales, que podrían haber sido utilizadas para prevenir esta tragedia. El experto ha recordado que en la histórica riada de 1957, se utilizaron estos métodos y se logró evitar un mayor número de víctimas.
En definitiva, el testimonio del ingeniero geólogo ha sido clave para entender lo sucedido en la D