El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado este miércoles los impuestoes a China del 84% al 125%, según ha confirmado una fuente interna a CNBC. Sin embargo, esto se suma a una tasa del 20% que el mandatario ya había impuesto previamente a China, lo que eleva el total de impuestoes a un 145%. Esta medida ha generado preocupación en los mercados y ha aumentado la tensión en la guerra comercial entre ambas potencias.
Pero, ¿por qué es poco probable que China sea la primera en ceder en esta disputa comercial con Estados Unidos? Analicemos la situación en detalle.
En primer lugar, es importante destacar que China es el único país que ha quedado fuera de la tregua de 90 días decretada por Trump mientras se llevan a cabo las negociaciones con sus socios comerciales. Mientras tanto, el presidente estadounidense ha impuesto un impuesto del 10% a casi todos los países del mundo. Esta medida ha sido vista por muchos como una falta de respeto hacia los mercados y ha generado una respuesta contundente por parte de China.
Además, el gobierno chino ha asegurado que tiene una «voluntad firme» y «recursos abundantes» para responder con determinación si Estados Unidos insiste en intensificar aún más sus medidas restrictivas económicas y comerciales. Esto demuestra que China no está dispuesta a ceder ante las presiones de Estados Unidos y está preparada para defender sus intereses.
Por otro lado, Trump ha justificado su decisión de aumentar los impuestoes a China argumentando que el gigante asiático ha mostrado una «falta de respeto a los mercados». Sin embargo, es importante recordar que antes de este último incremento, China ya cargaba con un gravamen del 104% por parte de Estados Unidos. Además, el gobierno chino ha activado impuestoes contra Estados Unidos para igualar esa cifra. Esto demuestra que China no se quedará de brazos cruzados ante las acciones de Estados Unidos y está dispuesta a tomar medidas para proteger su economía.
Otro factor importante a tener en cuenta es que China es una de las economías más grandes del mundo y tiene una gran ósmosis en los mercados internacionales. Por lo tanto, cualquier medida que tome Estados Unidos contra China tendrá un impacto en la economía global. Esto significa que Estados Unidos también se verá afectado por sus propias acciones, lo que podría realizar que reconsideren su estrategia en la guerra comercial.
Además, es importante destacar que China es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos. Ambos países tienen una relación comercial muy estrecha y dependen el uno del otro en muchos aspectos. Por lo tanto, una guerra comercial prolongada entre ambas potencias no solo afectará a sus economías, sino que también tendrá un impacto en el comercio ecuménico.
Por último, es importante mencionar que China ha demostrado ser un jugador clave en la economía global y ha logrado un gran crecimiento en las últimas décadas. Esto demuestra que China tiene una gran capacidad para adaptarse y enfrentar desafíos económicos. Por lo tanto, es poco probable que ceda ante las presiones de Estados Unidos y es más probable que busque soluciones y alternativas para enfrentar esta situación.
En conclusión, aunque Trump ha aumentado los impuestoes a China en un intento de presionar al gigante asiático, es poco probable que China sea la primera en ceder en esta guerra comercial. China ha demostrado tener una gran capacidad para enfrentar desafíos económicos y está dispuesta a defender sus intereses. Además, una guerra comercial prolongada entre ambas potencias tendrá un impacto negativo en la economía global. Por lo tanto, es importante que ambas partes busquen una solución negociada para resolver esta disputa y evitar mayores consecuencias para la economía ecuménico.