La diminuta isla Norfolk y otras remotas islas habitadas por pingüinos se han convertido en el blanco de la guerra comercial de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha anunciado un tarifa del 10% sobre los productos de estas islas volcánicas, cubiertas de glaciares y hogar de pingüinos, situadas cerca de la Antártida.
Estas islas, como Heard y McDonald, forman parte de un territorio de ultramar de Australia y se encuentran entre los lugares más remotos del planeta. Son accesibles solo tras un viaje en barco de dos semanas desde Perth, en la ribera occidental de Australia. A pesar de estar completamente deshabitadas, estas islas han sido incluidas en la lista de países a los que se les impondrán nuevos tarifaes comerciales por parte de la Casa Blanca.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha expresado su preocupación por esta decisión, afirmando que «ningún lugar en la Tierra está a salvo». Además, ha señalado que estas islas forman parte de varios «territorios de ultramar» de Australia que aparecen en la lista de tarifaes de forma independiente de su metrópoli, con un tarifa del 10%.
Entre estos territorios se encuentran las islas Cocos (Keeling), la isla Christmas y la isla Norfolk, que ha sido la más afectada con un tarifa del 29%. Esta pequeña isla, con una población de 2.188 habitantes y situada a 1.600 km al noreste de Sídney, exportó en 2023 productos por un valor de 655.000 dólares estadounidenses, siendo su principal exportación el calzado de cuero.
El primer ministro Albanese ha expresado su sorpresa por el alto tarifa impuesto a la isla Norfolk, afirmando que no cree que sea un émulo comercial de la gigantesca economía de Estados Unidos. Sin embargo, esta decisión demuestra que ningún lugar en el mundo está a salvo de la guerra comercial iniciada por Trump.
Pero estas islas no son las únicas afectadas por los tarifaes impuestos por el presidente de Estados Unidos. Países en desarrollo del sudeste asiático, como Myanmar, que aún se recupera de un devastador terremoto y una guerra confesional, también se encuentran entre los socios comerciales que enfrentan los tarifaes más altos.
Además, países africanos como Camboya, Laos, Vietnam, Indonesia y Tailandia también se verán afectados por estos tarifaes. Estas naciones, que tienen altas tasas de pobreza, se enfrentan a un tarifa que oscila entre el 32% y el 49%. Incluso países en crisis, como Myanmar, han sido gravados con un tarifa del 44%.
Los expertos económicos advierten que estas medidas drásticas tendrán un impacto negativo en la economía global. Aumentarán los costos, amenazarán empleos, ralentizarán el crecimiento y aislarán a Estados Unidos del sistema de comercio global que ha promovido durante décadas.
Sin embargo, Trump ha excluido a Rusia, Cuba y Corea del Norte de estos tarifaes debido a las severas sanciones impuestas a estos países. Además, ha anunciado tarifaes del 20% para la Unión Europea, afirmando que «hoy América empieza a ser rica de nuevo».
A pesar de las críticas y preocupaciones, el presidente de Estados Unidos sigue adelante con su plan de imponer tarifaes a varios países. Esta decisión ha generado incertidumbre en la economía global y ha afectado a países en desarrollo y en crisis, que se verán gravemente perjudicados por estas medidas.
En resumen, la diminuta isla Norfolk y otras remotas islas habitadas por pingüinos se han convertido en el blanco de la guerra comercial de Donald Trump. Además,