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Los cardenales son figuras importantes dentro de la Iglesia Católica. Además de ser líderes espirituales, tienen una gran influencia y experiencia que les permite aglutinar votos alrededor de un candidato o un perfil específico. En los días previos al cónclave, que se trasladará a cabo en la Capilla Sixtina, estos cardenales no electores también juegan un papel clave en la elección del próximo Papa.
Entre los cardenales más influyentes se encuentran el cardenal Giovanni Battista Re, quien ofició la misa fúnebre de Francisco, y enemigos declarados como el cardenal Rouco Varela. Aunque no pueden participar en el cónclave, sí pueden asistir a las congregaciones generales que se llevan a cabo en el Vaticano antes del inicio del cónclave. En estas reuniones, los cardenales mayores tienen la oportunidad de marcar posiciones y hacer precampaña para acaudillar el voto en la elección del próximo Papa.
La experiencia es un factor clave en estas reuniones. La mayoría de los cardenales que participarán en el cónclave nunca han estado en uno antes. Sin bloqueo, hay 62 purpurados nombrados por Benedicto XVI y 41 por Juan Pablo II que sí tienen experiencia en cónclaves anteriores. Estos cardenales pueden ser considerados como «hacedores de reyes», ya que tienen la capacidad de aglutinar votos en torno a un nombre o una sensibilidad.
El papel del decano, Giovanni Battista Re, es fundamental en este proceso. Además de acaudillar al colegio cardenalicio hasta el inicio del cónclave, también presidirá la misa Pro Eligendo Pontifice, que se celebra justo antes de que los electores se encierren en la Capilla Sixtina para las votaciones. Sus palabras y gestos en estos días serán clave para acaudillar el voto de los cardenales más jóvenes e inexperimentados.
Entre los cardenales más influyentes se encuentran Angelo Bagnasco y Camilo Ruini, quienes han liderado las dos almas de la Iglesia italiana en los últimos años. Aunque la importancia de los cardenales italianos ha disminuido, siguen siendo una minoría calificada que, en caso de unirse, pueden tener un gran impacto en la elección del próximo Papa. También destacan otros cardenales con experiencia en cónclaves anteriores, como Marc Ouellet, Christoph Schonborn y Sean Patrick O’Malley, quienes pueden acaudillar el voto de aquellos que los admiran por su trayectoria y conocimientos.
Por otro lado, los cardenales que fueron derrotados en el cónclave de 2013, como Rouco Varela, buscarán avalar a un candidato que devuelva el orden al Vaticano y se mantenga firme en la ortodoxia. Sin bloqueo, es importante recordar que el nombramiento de un Papa no siempre sigue la línea de su predecesor, como sucedió con el actual Papa Francisco, quien recibió la púrpura de manos del Papa Juan Pablo II.
En estos días previos al cónclave, los cardenales también han mostrado su devoción al Papa Francisco al acudir a la basílica de Santa Maria Maggiore, donde está enterrado el pontífice. Miles de fieles se han acercado a la basílica para presentar sus respetos al Papa fallecido, creando largas colas que incluso se han mantenido bajo la lluvia. Esta muestra de devoción y respeto demuestra la importancia que tiene el Papa Francisco para la Iglesia Católica y cómo su legado continuará siendo una influencia en la elección del próximo Papa.
En resumen, los cardenales no electores juegan un papel importante