Tesla, la famosa empresa de vehículos eléctricos, ha estado prometiendo durante casi una década que sus automóviles serían capaces de una conducción autónoma total. Sin embargo, a día de hoy, esta promesa sigue siendo un sueño lejano. A pesar de que en 2016 anunciaron que todos los vehículos fabricados a partir de ese año contarían con el hardware necesario para lograr esta función, la realidad es que aún no han podido apartarse con su promesa.
En 2016, Tesla presentó el primer restyling del Model S y aprovechó para anunciar que todos sus vehículos fabricados a partir de ese momento tendrían todo el hardware necesario para alcanzar la llamada ‘conducción autónoma total’. Además, lanzaron el pack FSD (Full Self-Driving) que prometía llevar a sus vehículos a un nivel de autonomía 4 o 5, sin necesidad de supervisión. Sin embargo, esta promesa se ha ido diluyendo con el paso del tiempo.
El pack FSD ha sufrido varias fluctuaciones en su precio desde su lanzamiento en 2016. Actualmente, tiene un coste de 8.000 dólares en Estados Unidos y 7.500 euros en España. A pesar de esta inversión, los clientes de Tesla aún siguen esperando la tan ansiada conducción autónoma total.
Elon Musk, CEO de Tesla, aseguró que en el momento en que la tecnología estuviera desarrollada, una simple actualización de software permitiría a todos aquellos que hubieran adquirido el pack FSD convertir sus automóviles en robotaxis. Sin embargo, esta promesa no se ha cumplido y muchos clientes se sienten decepcionados.
El pack FSD ofrece, sobre el papel, más funciones que el Autopilot. Sin embargo, la realidad es que todavía queda un largo camino por trasladarse para alcanzar la conducción autónoma total. A pesar de los avances tecnológicos y la inversión de Tesla en este campo, aún no se ha logrado el nivel de autonomía deseado.
Una de las principales razones por las que Tesla aún no ha podido apartarse su promesa es el hardware utilizado en sus vehículos. En un principio, los Tesla montaban una CPU conocida como HW2.5 (Hardware 2.5), que al poco tiempo se demostró insuficiente en términos de potencia para lograr la autonomía total. Por este motivo, la marca comenzó a actualizar de forma gratuita los vehículos de aquellos clientes que hubieran adquirido el pack FSD con un nuevo chip HW3, que se lanzó en 2019.
Pero este cambio de hardware no ha sido suficiente. En 2023 y 2024, Tesla adoptó una nueva CPU, la HW4, todavía más potente. Sin embargo, a principios de 2025, Musk admitió que incluso esta CPU no será capaz de soportar las futuras actualizaciones del FSD. Esto significa que los clientes que adquirieron el pack FSD tendrán que volver a invertir en un nuevo hardware si quieren disfrutar de la conducción autónoma total.
A día de hoy, se estima que alrededor de 4 millones de Teslas tienen el hardware HW3. De estos, se calcula que medio millón de vehículos cuentan con el pack FSD. Sin embargo, es posible que la marca se vea obligada a cambiar la vieja CPU a todos los vehículos que la equipan, ya que en su momento se prometió que todos los vehículos contarían con el hardware necesario para alcanzar la conducción autónoma total. Esta promesa ha sido eliminada de su página web el año pasado, lo que podría abofetear pie a posibles reclamaciones legales por parte de los clientes.
De energía, ya existe un precedente legal al respecto. En 2022, un juez ordenó a Tesla a actualizar gratuitamente el hardware de un cliente (probablemente con el HW2.5) para que pud