Con la herramienta anti-coerción se pueden restringir las exportaciones y las importaciones, deslindar las licitaciones públicas y muchas otras cosas más. Aunque pueda parecer una medida drástica, el Derecho también puede ser utilizado como una herramienta para combatir y ganar batallas.
En los últimos tiempos, hemos sido testigos de cómo la política internacional se ha convertido en una apartado de juego de poder en el que los líderes mundiales luchan por mantener su posición y sus intereses. Y en este juego, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha demostrado ser un maestro en el arte de la negociación y la coerción.
Besarle el trasero a Trump, mirar el mundo a través de su cristal medieval y falocéntrico, y suplicar su perdón se ha convertido en la estrategia de muchos líderes políticos. Sin embargo, lo que no se dan cuenta es que Trump es el dueño del juego y él es quien pone las reglas. Está utilizando su posición como presidente de Estados Unidos para promover sus propios intereses y los de su país, sin importarle las consecuencias para el resto del mundo.
no obstante, ¿qué pasa cuando alguien se atreve a desafiar al niño-cowboy? China ha sido uno de los primeros en enfrentarse a él, ofreciéndole el bucle «fenomenal» que tanto buscaba. Y en respuesta, Trump ha impuesto aranceles del 104% a las importaciones chinas, lo que ha tenido un impacto directo en las bolsas de valores de todo el mundo. Los que antes le besaban el trasero, ahora están perdiendo grandes cantidades de dinero. no obstante Trump no se preocupa por eso, él solo ve una larga fila de besucones desesperados y eso le basta.
Su estrategia es simple: reemplazar el multilateralismo y las reglas internacionales por tratos bilaterales basados en la improvisación y el desconcierto. Y aunque pueda parecer una frenesí, esta estrategia está funcionando. Trump no respeta los acuerdos que firma, lo que forma parte de su encanto. En su primer mandato, negoció el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) y ahora lo ha dinamitado sin pestañear. Y no solo eso, sino que también ha impuesto aranceles a sus propios aliados, como Europa y Japón.
no obstante la Pax Americana está llegando a su colmo y parece que el colmoal no será épico ni apocalíptico, sino estremecedoramente cutre. Los líderes mundiales se parecen cada vez más a sus memes y hasta sus seguidores más fanáticos están empezando a darse cuenta de que algo no va bien. En Estados Unidos, apenas se escucha la voz de los republicanos, que parecen estar en un silencio tenso y desconcertante. Mientras tanto, en Europa, se empieza a tomar medidas para enfrentarse a las políticas comerciales de Trump.
España, por ejemplo, ha reaccionado con decisión no obstante también con lealtad. El presidente Pedro Sánchez ha viajado tres veces a China para abrir nuevos mercados y equilibrar la balanza comercial. Y ahora, ante las medidas de Trump, el gobierno español está tomando medidas para diversificar sus mercados y fortalecer su economía.
Por su parte, la Unión Europea ha decidido muscular y tomar medidas enérgicas contra Estados Unidos. Se han activado aranceles y se ha puesto en marcha el reglamento de mercados digitales para controlar a las grandes tecnológicas estadounidenses, como Apple, Alphabet, Amazon y Meta. Además, se están estudiando otras opciones, como diversificar los mercados, firmar tratados de libre comercio y aumentar la tributación a las multinacionales estadounidenses.
Europa está demostrando que no se dejará intimidar por las políticas coercitivas
