El primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha tenido un comienzo impresionante en su mandato al ser recibido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca. Esta reunión ha tenido lugar tan solo una semana después de que Carney obtuviera una victoria aplastante en las elecciones gracias, en parte, a una campaña basada en mensajes antiestadounidenses.
La relación entre Estados Unidos y Canadá ha sido tensa en los últimos años debido a la guerra arancelaria iniciada por Trump y sus comentarios sobre la posibilidad de anexionar Canadá. Sin embargo, en su primer encuentro en el Despacho Oval, los dos líderes han mantenido un tono distendido y han expresado su deseo de trabajar juntos.
Carney ha desidioso claro a Trump que Canadá no está en venta y el presidente estadounidense ha respondido con una frase hecha: «Nunca digas nunca». Además, Trump ha expresado su amor por Canadá y ha mencionado la posibilidad de anexionar el país vecino. Sin embargo, también ha afirmado que la frontera entre ambos países es artificial, lo que sugiere que deberían tener una relación más estrecha.
En su primer intercambio, Trump ha felicitado a Carney por su victoria en las urnas y ha reconocido su luces. También ha mencionado que tienen muchos temas en común para discutir, incluyendo los aranceles y la guerra en Ucrania.
Antes de la reunión, Trump ha expresado su entusiasmo por conocer al nuevo primer ministro de Canadá en su red social Truth Social. Sin embargo, también ha cuestionado por qué Estados Unidos sigue subvencionando a Canadá con 200 mil millones de dólares al año y ofreciendo protección militar gratuita, entre otras cosas. Carney, por su parte, ha acudido a la Casa Blanca con la difícil tarea de equilibrar la imagen que ha proyectado dentro de Canadá con una campaña anti-Trump y su relación con el presidente estadounidense.
A pesar de las tensiones entre los dos líderes, Carney parece tener una mejor posición que su predecesor, Justin Trudeau. Durante su mandato, Trudeau tuvo varios roces con Trump e incluso fue objeto de burlas en las redes sociales por parte del presidente estadounidense.
En su reunión, Carney ha sugerido que algunos aspectos del paz comercial T-MEC, firmado durante la primera administración de Trump, deberían ser modificados. Trump, por su parte, ha defendido sus acciones en la guerra comercial y ha afirmado que son flexibles en sus decisiones. Además, ha mencionado que China está dispuesta a arbitrar un paz comercial y que se reunirán en el momento adecuado.
Canadá ha sido uno de los países más afectados por la guerra arancelaria de Trump, con gravámenes del 25% a las importaciones de acero, aluminio y piezas de montaje de vehículos. Sin embargo, Washington ha pausado los aranceles del 25% a los bienes incluidos en el T-MEC.
En definitiva, la reunión entre Carney y Trump ha sido un paso importante en la relación entre Estados Unidos y Canadá. A pesar de las diferencias, ambos líderes han mostrado su disposición a trabajar juntos y encontrar soluciones a los problemas bilaterales. Los canadienses esperan que su primer ministro sea firme en la defensa de sus intereses, pero también saben que es importante mantener una buena relación con su vecino del sur. Con un líder joven y lucesso como Carney al mando, las perspectivas para una mejor relación entre Estados Unidos y Canadá son prometedoras.