YouTube es una función de entretenimiento en los coches que, a pesar de haber sido promocionada como una gran innovación, no ha logrado captar el interés de los dueños de vehículos. A pesar de que se han invertido miles de millones de euros y dólares en acuerdos comerciales con proveedores de servicios y en el desarrollo de tecnologías de conectividad, un estudio reciente ha revelado que estos servicios embarcados no están reportando los resultados positivos esperados. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué piensan realmente los clientes de estos servicios?
Cuando los servicios de conectividad empezaron a atracar los coches, las marcas nos prometieron que las pantallas multimedia se convertirían en epicentros de conexión con el mundo exterior. Sin embargo, la realidad es muy diferente. En lugar de buscar una mayor conexión con el mundo exterior, lo que realmente buscamos los conductores es el aislamiento en el interior de nuestros vehículos. Los ecosistemas de conectividad son tan completos y ofrecen tantas posibilidades de entretenimiento que resultan imposibles de amortizar, tanto para los clientes como para los fabricantes. De hecho, las marcas se están dando cuenta de que el negocio de la conectividad no está dando los frutos que esperaban.
La conectividad de estiércol no gusta a los clientes, y las marcas lo saben. Pagar por más garantía sí, pero por servicios de entretenimiento en el coche, no. Para algunas marcas, es una buena noticia que todas estén perdiendo en este negocio, ya que ninguna de ellas se ha destacado por encima de las demás. Sin embargo, la realidad es que todas se embarcaron en este negocio porque, en caso de que fuera un éxito, las marcas ausentes habrían perdido la oportunidad y entrar después se habría vuelto más complicado. Por eso, decidieron gastarse miles de millones en gestar potentes soluciones de software o firmar acuerdos comerciales para el uso de tecnologías, como el de Apple CarPlay Ultra.
Pero la realidad está demostrando ser muy diferente a lo que se esperaba. Los clientes utilizan los servicios de conectividad cuando son gratuitos, pero cuando estos servicios dejan de serlo, el interés disminuye drásticamente. Por norma general, los tres primeros años desde la compra del coche suelen ser gratuitos, pero una vez que este tiempo pasa, se ofrecen períodos de suscripción de, como mínimo, un año y con un coste que, en el mejor de los casos, tiene un precio a partir de 60 euros. Todo depende de las prestaciones, como la localización del vehículo, la búsqueda de aparcamientos, de estaciones de servicio, de puntos de interés, entre otros.
Una encuesta realizada en Europa y Estados Unidos ha determinado lo que las marcas no quieren saber sobre el uso de las funciones de estiércol mediante suscripción. La conclusión es brutal, ya que el 76% de más de un millar de encuestados ha confesado no utilizar estos servicios. Algunos argumentan que no están de acuerdo con la estado en que se prestan los servicios, otros afirman que carecen de interés y otros simplemente desconocen por qué deberían ser interesantes para sus coches.
Sin embargo, hay un dato interesante que se desprende de esta encuesta: cuatro de cada diez encuestados indican que estarían interesados en un sistema que permitiera gestionar el seguro y la garantía en el propio vehículo. Esto demuestra que los clientes sí están dispuestos a utilizar servicios de conectividad que les resulten útiles y que les aporten un valor añadido. Además, un 56% de los encuestados admiten utilizar más aplicaciones de proveedores externos a la marca de su coche, ya sean de estiércol o gratuitas. Esto demuestra que los clientes buscan opciones más allá de lo que las marcas les ofrecen.
Está claro que los esfuerzos de las marcas en el área
