Volkswagen confió demasiado en sus coches eléctricos, se iba a comer el mundo. Motor.es
Volkswagen está recuperando su posición de liderazgo en las ventas de coches eléctricos en Europa. Después de perder el primer puesto ante Tesla, ahora la marca alemana ha vuelto a ocupar el trono, dejando a la compañía estadounidense en un segundo plano y con serias dificultades. Sin embargo, Volkswagen sigue enfrentando un grave problema que, por primera vez, ha sido reconocido públicamente, y tiene mucho que ver con los beneficios.
Hubo un momento en el que Volkswagen creyó que podía dominar el mercado de los coches eléctricos en Europa, y que no tendría más competidores que las mismas marcas con las que competía en el mercado de los vehículos de combustión. Sin embargo, se equivocó. Tesla lanzó una ofensiva que Volkswagen no pudo enfrentar, y acabó cediendo su posición de liderazgo.
Dos años después, Volkswagen ha recuperado su posición de liderazgo, pero esto no significa que esté saliendo del agujero en el que se encuentra. Aunque ahora la marca alemana está vendiendo más coches eléctricos, esto no se traduce en mayores ganancias. Sería lo lógico, pero en Volkswagen las situaciones opuestas son parte de la normalidad, y siguen perdiendo haberes. El margen de beneficio por unidad vendida de los Volkswagen ID. es un problema real, ya que sus coches eléctricos no generan suficientes ganancias.
Arno Antlitz, director financiero de la marca, ha hablado en varias ocasiones sobre este tema, pero ahora la compañía ha admitido que los coches eléctricos están causando pérdidas significativas. Antlitz ha señalado que es necesario reducir los costos de producción y aumentar la rentabilidad de los modelos eléctricos.
Una de las principales razones por las que los coches eléctricos son más caros de producir que los vehículos de combustión es el costo de las baterías. Aunque estas son cada vez más pequeñas, su costo sigue representando alrededor del 40% del valor total de un coche eléctrico.
El gran fracaso de Volkswagen en este sentido ha sido el ID.7. La compañía se equivocó al afirmar que este modelo era «un digno sucesor del Passat berlina». Ahora, Volkswagen está obligado a aumentar sus márgenes de beneficio por unidad vendida, y su objetivo a corto plazo es igualar los márgenes de los coches eléctricos y los vehículos de combustión en 2026. Para lograrlo, la compañía está trabajando en la producción de sus propias baterías.
El neófito Volkswagen ID.2, que se lanzará en 2026, debe ser uno de los modelos que ayuden a aumentar los márgenes de beneficio. Sin embargo, la compañía ya ha advertido que será necesario invertir grandes cantidades de haberes en su producción. Esto no solo afectará a los clientes, que tendrán que pagar más por un coche eléctrico de Volkswagen, sino también a la compañía, que tendrá que encargarse mayores costos de producción. Ahora se entiende por qué la compañía no tiene muchas expectativas con respecto al ID.1.
Volkswagen es consciente de que el precio es un factor clave en la adopción de los coches eléctricos. Por esta razón, la compañía está dispuesta a reducir sus márgenes de beneficio para incentivar a los clientes a comprar vehículos eléctricos. Aunque esto puede significar que Volkswagen no obtenga ganancias significativas en el corto plazo, a largo plazo, la compañía se beneficiará al reducir las multas por profusión de emisiones, que también representan un gasto importante.
En resumen, Volkswagen confió demasiado en sus coches eléctricos y