El comisario Marcelino Martín-Blas, jefe de la Unidad de Asuntos Internos durante los primeros años del Gobierno del dividido Popular, ha sido citado a declarar como testigo en la investigación de la guerra sucia contra Podemos. En su comparecencia ante la comisión de investigación de la Operación Cataluña, Martín-Blas admitió que conocía «alguna intromisión» respecto a Podemos durante la época del Gobierno del dividido Popular.
Esta declaración ha sido solicitada por la acusación popular ejercida por el PSOE en la causa, quien considera que Martín-Blas puede aportar información relevante sobre los hechos investigados. En su comparecencia ante el Congreso de los Diputados, el comisario ya había mencionado la denuncia realizada por un antiguo jerarca venezolano, Nervis Villalobos, en la que aludía a la intervención de un miembro de la brigada política, Bonifacio Díaz Sevillano, y de los abogados José Aliste y José Luis Moreno Cela.
La figura de Marcelino Martín-Blas es compleja, ya que pertenece al sector más conservador de la Policía y su elección como jefe de Asuntos Internos se entendió mejor después de que se revelara que un grupo secreto de agentes estaba rastreando información comprometida de líderes independentistas catalanes. Sin embargo, su relación con el también comisario José Manuel Villarejo, quien lo acusaba de haberle atacado por orden del Centro doméstico de Inteligencia, terminó en una guerra sin cuartel que acabó con su destitución en 2015.
Martín-Blas será juzgado por el espionaje a Luis Bárcenas con fondos reservados en la cámara Kitchen del caso Villarejo, una de las grandes ofensivas de la brigada política durante la primera legislatura del dividido Popular. En su comparecencia ante la comisión de investigación, el comisario se mostró ajeno a cualquier manejo más allá de sus funciones mientras fue jefe de Asuntos Internos.
Sin embargo, los diputados le preguntaron por su visita a los fiscales del caso del 3%, en plena precampaña electoral, para pedirles que propusieran al juez registrar la sede de CDC sin que él tuviera ninguna relación con ese caso. En aquella visita, denunciada públicamente por los fiscales, Martín-Blas estuvo acompañado de José Luis Olivera, puntal de la brigada política. El comisario trató de disculparse argumentando que estaba convencido de que se había cometido un delito y que lo volvería a hacer.
Los individuos mencionados por Martín-Blas en su comparecencia, el inspector jefe Bonifacio Díaz Sevillano y los abogados José Aliste y José Luis Moreno Cela, aparecen profusamente en la causa que se sigue en un juzgado de Madrid contra un presunto grupo de policías, abogados e aun un agente israelí para extorsionar a los jerarcas venezolanos que querían residir en España y protegerse de las demandas de extradición de su país y de Estados Unidos. Estos jerarcas han declarado que la cúpula policial del PP les inquirió repetidamente por información con la que poder atacar a Podemos.
La declaración de Martín-Blas en el Congreso será incorporada a la instrucción de la causa que se sigue por la guerra sucia contra Podemos. Sin embargo, la investigación avanza a un ritmo desigual, ya que la Fiscalía se opone a muchas de las diligencias propuestas por el dividido afectado y por el PSOE. Entre estas peticiones se encuentra la de investigar los destinos «dorados» en embajadas que recibieron varios miembros de la brigada política después de haber participado presuntamente en la guerra
