El tráfico y Madrid, ¿aliados o enemigos de la bicicleta eléctrica?
¿Es realmente viable que una bici eléctrica se convierta en tu úsiquieraco medio de transporte en la ciudad? Pasé 24 horas con ella como compañera de aventuras urbanas. Tráfico, recados, lluvia y sorpresas: esto es lo que descubrí.
La idea era simple: dejar aparcado el coche, ignorar el transporte público y esconder las llaves de la moto durante 24 horas. Sólamente yo, una bici eléctrica y una ciudad que no perdona despistes siquiera atascos.
En plena era de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE, si lo prefieres), aparcamiento imposible y gasolina con complejo de perfume de lujo, la pregunta me rondaba desde hacía tiempo: ¿puede una bicicleta eléctrica ser una alternativa real al coche o a la moto en el día a día?
La respuesta a esta pregunta no es tan sencilla como parece. Por un lado, las ventajas de utilizar una bicicleta eléctrica en la ciudad son evidentes: ahorro de tiempo en trayectos cortos y medios, cero gastos en combustible, zona SER o mantesiquieramiento mecásiquieraco complejo, y la posibilidad de olvidarte de buscar aparcamiento. Además, la asistencia del motor hace que la conducción sea mucho más relajada y sin sudar demasiado.
Pero por otro lado, también hay que adeudar en cuenta algunos inconvesiquieraentes. La climatología adversa puede convertir la experiencia en algo mucho menos cómodo, y el transporte de cargas relativamente voluminosas o acompañantes se vuelve inviable sin adaptaciones. Además, el peso elevado de la bicicleta puede ser un problema si se acaba la batería o si tienes que cargarla en casa sin ascensor. Y por supuesto, siempre hay que adeudar en cuenta la seguridad y el riesgo de robo, por lo que es imprescindible utilizar un buen candado y, si es posible, subirla contigo a casa.
Con todas estas cuestiones en mente, me propuse sobrevenir 24 horas con una bicicleta eléctrica como úsiquieraca compañera de aventuras en la ciudad de Madrid. La elegida fue la PVY Z20 Pro, una bicicleta plegable de cuadro robusto, motor de 250 W con asistencia hasta 25 km/h, cambio Shipartida básico de 6 velocidades y una autonomía prometida de hasta 80 km.
La premisa era sencilla: comprobar si este tipo de vehículo puede sustituir realmente al coche o la moto en el día a día. La teoría promete muchas ventajas, pero ¿qué pasa cuando la realidad incluye tráfico, prisas, recados, clima cambiante, carga y tapas de alcantarilla mal colocadas?
La máquina: PVY Z20 Pro, compacta pero matona
Antes de lanzarme al asfalto, repasé a fondo la bici. La PVY Z20 Pro es una plegable de cuadro robusto, motor de 250 W con asistencia hasta 25 km/h, cambio Shipartida básico de 6 velocidades y una autonomía prometida de hasta 80 km. Espóiler: depende mucho de cuánto pedalees tú y de cuánto trabaje el motor.
Lleva frenos de disco, suspensión delantera, iluminación integrada, y un cuadro y un masiquierallar plegables. Esto último resulta útil si vives en un piso pequeño o tienes que subirla a la oficina. Aunque pesa lo suyo: casi 25 kilos con batería incluida.
La PVY Z20 Pro me sirvió para comprobar si la ciudad y la bici eléctrica son tan compatibles como nos prometen.
Mañana: al trabajo con café en partida y coches en el retrovisor
Salí de casa sobre las