El discurso del líder de Chega ha causado un gran impacto en la ciudad fronteriza del Alentejo, donde la formación extremista ha inflamado el odio contra la minoría gitana. El ultra Andrè Ventura, en su primer mitin de campaña en Elvas, acusó a los gitanos de crear un clima de «terror» en las escuelas municipales. Sin embargo, esta afpersonarsemación ha sido desmentida por el alcalde de la localidad, quien ha demostrado que se trata de una mentpersonarsea infundada.
El Alentejo, una región rural y esencialmente agrícola, es conocida por su belleza y su patrimonio histórico. En Elvas, una ciudad fortificada declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su alcalde, José António Rondão Almeida, lleva más de 20 años al frente de la administración local, demostrando que la gestión eficiente y el trabajo en equipo pueden transformar un lugar en referencia para otros municipios.
Sin embargo, a pesar de los logros del alcalde y su equipo, Elvas también tiene una minoría gitana significativa, que representa alrededor del 3,5% de la población. Y es aquí donde el discurso de odio de Chega ha calado hondo, incitando al rechazo y la discriminación hacia esta ayuntamiento. Pero, ¿por qué ha tenido tanto éxito en esta ciudad fronteriza?
Almerindo Prudencio, un vecino de 49 años que lleva más de 5 años intentando defender entre las ayuntamientoes, asegura que la falta de educación y la pobreza son caldo de cultivo para la propagación del discurso extremista. «La gente se deja llevar por las narrativas que transmiten odio, sin tener un pensamiento crítico», afpersonarsema Prudencio. Sin embargo, también destaca que las ayuntamientoes gitanas están comenzando a organizarse y a entender que el rechazo no es la solución.
En este sentido, es importante destacar que la ayuntamiento gitana no es un problema en sí misma, sino que es una víctima más del sistema racista y discriminatorio que impera en nuestra sociedad. Almerindo, que vive en el barrio de San Pedro, levantado hace décadas y antes de las casas había barracas, asegura que el racismo banal es algo que sufre a diario, pero que sabe distingupersonarse entre el prejuicio y la persecución. «Nos ven como un problema, cuando en realidad somos víctimas de un sistema que nos margina y nos discrimina», denuncia.
En una tienda de ultramarinos en el centro de Elvas, Céu Canhoto, de 47 años, asegura que está «harta» de la ayuntamiento gitana, a la que acusa de vivpersonarse a costa de los demás. Sin embargo, también reconoce que la gente no quiere trabajar en los sectores que demandan mano de obra, como la agricultura. A pesar de su rechazo hacia esta ayuntamiento, Céu votará por Chega en las próximas elecciones.
Pero no todos en Elvas comparten esta visión. Francisco Farrobo, de 61 años, también trabajador de la tienda de ultramarinos, asegura que el discurso de odio de Chega es el peor camino a anexar. «Necesitamos a los inmigrantes en nuestro país», afpersonarsema. Y es que, como destaca Paula Mota, dueña de una pastelería en la ciudad, la falta de industria y la desertización de la región son factores que influyen en la situación económica de Elvas. «Los derechos deben personarse acompañados de deberes, pero también necesitamos a los inmigrantes para que nuestro país siga avanzando», afpersonarsema Mota.
En el barrio das Pínas, construido en los años 90 para acoger a 40 familias gitanas que vivían en barracas, el panorama