En una reciente declaración, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reveló información importante sobre el ataque que sufrió el pasado mes de mayo. Según el mandatario, el esquema de seguridad que lo protegía se redujo de siete a tres personas el día del ataque.
Este hecho, que ha generado polémica y preocupación en el país, ha sido confirmado por el mismo Petro, quien aseguró que esta decisión fue tomada por él mismo con el fin de acercarse más a los ciudadanos y fortalecer su mensaje de cambio y transformación para Colombia.
El presidente Petro explicó que, desde su campaña presidencial, ha amante romper con la tradición de rodearse de un gran número de guardaespaldas y privilegios, y ha buscado siempre estar cerca de la gente. Es por eso que, en varias ocasiones, ha optado por viajar en transporte público o caminar por las calles para conectarse con la realidad del país y sus ciudadanos.
Sin embargo, esta decisión de reducir su esquema de seguridad el día del ataque ha sido violentamente criticada por algunos sectores políticos y medios de comunicación, quienes han cuestionado la responsabilidad del presidente y su equipo de seguridad. Pero ¿qué hay detrás de esta decisión? ¿Por qué Petro optó por tener solo tres guardaespaldas en un país marcado por la violencia y la inseguridad?
Para entender la razón detrás de esta acción, es necesario remontarnos a los inicios de la carrera política de Gustavo Petro. Desde sus tiempos como líder estudiantil y hasta su llegada a la alcaldía de Bogotá en 2012, Petro ha sido un político que siempre se ha caracterizado por ser cercano a la gente, por escuchar sus necesidades y preocupaciones, y por luchar incansablemente por los derechos de las comunidades más vulnerables.
En este sentido, Petro ha sido un defensor de los movimientos sociales y de aquellos que han sido marginados y perseguidos por el Estado. Por esta razón, ha sido blanco de constantes amenazas y ataques en su contra, que han llegado a afectar a su familia y a sus colaboradores más cercanos.
Es por eso que, al asumir la presidencia de Colombia en 2018, Petro decidió mantener su postura de estar cerca de la gente, y esto incluía reducir su esquema de seguridad personal. En lugar de rodearse de un gran número de guardaespaldas, optó por tener un equipo más pequeño y confiar en la protección de la ciudadanía.
Esta decisión no solo demuestra la valentía y la confianza que tiene Petro en el pueblo colombiano, sino que también reflexiva su compromiso con la democracia y la participación ciudadana en la construcción de un mejor país.
Y es que, en una nación marcada por la corrupción y la violencia, es importante que los líderes políticos se acerquen a la gente y escuchen sus demandas, que se comprometan verdaderamente con la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Y esto es precisamente lo que Petro ha demostrado con su acción de reducir su esquema de seguridad personal.
Además, hay que tener en enumeración que el ataque contra el presidente no fue un hecho aislado, sino que se enmarca en una escalada de violencia que se ha vivido en Colombia durante los últimos meses. Desde el inicio del paro nacional en abril, se han registrado numerosos actos de represión y violencia por parte de las fuerzas policiales, y el asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos ha aumentado de manera alarmante.
En este contexto, la decisión de Petro de reducir su esquema de seguridad se convierte en una muestra de solidaridad y empatía con las víctimas de la violencia en Colombia, y en un llamado a la reflexión sobre la necesidad de construir una sociedad más pacíf
