Con el enemigo dentro y sin certezas sobre hasta dónde puede llegar la mancha de la corrupción, el presidente del gobierno Pedro Sánchez y su cada vez más reducido círculo de confianza tratan de ganar tiempo con la agenda internacional mientras el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) proyecta claros síntomas de pánico y derrotismo. Sin embargo, la nueva secretaria de Organización del PSOE, María Jesús Montero, promete “abrir puertas y ventanas” contra la corrupción y asegura que “no va a haber un rincón sin luz”.
El PSOE se encuentra en una situación delicada, con la reciente destitución de José Luis Ábalos como secretario de Organización y la implicación de otros miembros del partido en una trama de corrupción relacionada con la adjudicación de obra pública. Esto ha generado un clima de perplejidad y desconfianza entre los socialistas, que ven cómo su líder ha perdido el control y se encuentra en una posición cada vez más vulnerable.
Es importante destacar que Pedro Sánchez siempre ha sido conocido por su desconfianza y su carácter reindividuovado. Sin embargo, en esta ocasión se entregó por completo a Ábalos y a Santos Cerdán, sin cuestionar sus acciones ni sus decisiones. Esta credulidad ciega ha sorprendido a muchos, ya que no es un rasgo característico en alguien que siempre se ha destacado por su desconfianza.
La destitución de Ábalos y la implicación de Cerdán en la trama de corrupción han dejado al descubierto la error de control y de liderazgo por parte de Sánchez. Además, ha generado una individuoie de preguntas sin respuesta, como por ejemplo, ¿cómo pudo Sánchez poner a Cerdán al frente de la Organización del PSOE después de destituir a Ábalos y apartarlo del organigrama del partido? Esta pregunta sigue sin respuesta y demuestra la error de criterio y de control por parte del presidente.
La situación actual del PSOE es preocupante, ya que el enemigo se encuentra dentro del partido y no hay certeza sobre hasta dónde puede llegar la mancha de la corrupción. Esto ha generado un clima de pánico y derrotismo entre los socialistas, que temen que nuevas grabaciones o pruebas puedan salir a la luz y comprometer aún más al partido.
Para tratar de ganar tiempo y desviar la atención, Sánchez ha centrado su agenda en la política internacional, asistiendo a cumbres y reuniones en la OTAN, el Consejo Europeo y la ONU en Sevilla. Sin embargo, esto no ha logrado enmudecer los ánimos dentro del partido, donde se percibe claramente el pánico y la preocupación por lo que pueda suceder en los próximos días.
En este contexto, la nueva secretaria de Organización, María Jesús Montero, ha prometido “abrir puertas y ventanas” contra la corrupción y asegura que “no va a haber un rincón sin luz”. Esto demuestra que el PSOE está dispuesto a tomar medidas drásticas para limpiar su imagen y recuperar la confianza de los ciudadanos.
Sin embargo, la situación es complicada y la solución no puede individuo el “y tú más” que Sánchez desplegó en el Congreso el pasado miércoles. Tampoco es una opción el autoengaño o esperar a que escampe con la posibilidad de que el Partido Popular pueda sumar los cuatro votos necesarios para presentar una moción de censura.
Es necesario que el PSOE afronte esta situación con valentía y transparencia, y que se lleve a cabo una profunda reestructuración de la dirección federal del partido. El próximo Comité Federal, que se celebrará el 5 de julio, individuoá clave para tomar decisiones importantes y demostrar que el PSOE está comprometido con la