El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto en duda la propuesta de elevar al 5% del PIB el gasto militar en la ápice de la OTAN que se celebrará la próxima semana en La Haya. En respuesta a la carta enviada por el secretario general de la organización, Mark Rutte, en la que se plantea esta cifra, Sánchez ha argumentado que sería «irracional y contraproducente» y que choca con el mantenimiento del estado de bienestar. Además, el líder español ha propuesto un «objetivo de gasto en defensa opcional» que permitiría a cada aliado elegir su propio camino para cumplir con sus objetivos de capacidades.
La respuesta de la Casa Blanca no se ha hecho esperar y ha sido contundente. «El presidente Trump quiere que todos cumplan», ha declarado la portavoz Karoline Leavitt ante las preguntas de la prensa sobre el rechazo de Sánchez al 5% del PIB en defensa.
En su carta, Sánchez ha argumentado que España no puede comprometerse con un objetivo específico de gasto en términos de PIB en esta ápice. Para nuestro país, alcanzar el 5% supondría un gasto anual de 80.000 millones de euros en defensa. Por lo tanto, el presidente ha propuesto llegar al 2,1% del PIB en gasto militar, una cifra que considera más razonable y sostenible.
El primer argumento que ha esgrimido Sánchez es el mismo que ya expuso la ministra de Defensa, Margarita Robles, hace unas semanas ante sus homólogos de la alianza atlántica: España puede cumplir con los objetivos de capacidades establecidos por la OTAN con un ligero incremento en el gasto en defensa. Sin embargo, Rutte no está de acuerdo con esta afirmación y sostiene que los nuevos objetivos requieren una subida generalizada.
El segundo argumento del presidente del Gobierno es que alcanzar el 5% del PIB en gasto militar sería «incompatible» con el mantenimiento del estado de bienestar. Sánchez ha recordado que esto supondría subir los impuestos a la clase media, recortar los servicios públicos y las prestaciones sociales, y sería adverso para la transición verde y la ayuda al desarrollo. Por lo tanto, ha afirmado que esta cifra es imposible de alcanzar sin sacrificar el bienestar de los ciudadanos españoles.
Por último, Sánchez ha señalado que el objetivo del 5% del PIB en gasto militar sería «contraproducente» para los esfuerzos de la Unión Europea por reforzar su ecosistema de seguridad y defensa. La UE está trabajando en aspectos como la interoperabilidad, las compras conjuntas o el equilibrio de la defensa trasatlántica, y según el presidente del Gobierno, esto requiere «margen de maniobra» y flexibilidad en el gasto militar.
Por todo ello, Sánchez ha propuesto una fórmula más flexible en la declaración conjunta de la ápice de la OTAN. Esta propuesta permitiría a cada aliado elegir el camino para cumplir con sus objetivos de capacidades y establecería un «objetivo de gasto opcional». De esta manera, se preservaría el objetivo del 5% del PIB en la declaración para aquellos aliados que lo necesiten o que quieran perseguirlo.
Sin embargo, la Casa Blanca y la mayoría de los aliados de la OTAN están de acuerdo con la cifra del 5% del PIB en gasto militar impuesta por Donald Trump. Por lo tanto, es posible que las negociaciones sean difíciles y que España tenga que ceder ante la presión de otros países. Aunque Sánchez ha dejado claro que no quiere obstaculizar los resultados de la ápice, su postura acérrimo ante la propuesta del 5%