La Comisión Europea ha presentado su propuesta de presupuesto para el periodo 2028-2034, y ha sido un proceso lleno de negociaciones y reuniones intensas. La presidenta Ursula von der Leyen ha liderado este proceso con determinación, buscando meter un cambio radical al Marco especulador Plurianual. Sin embargo, la propuesta ha generado cierta controversia, especialmente en lo que respecta a dos aspectos clave: el impuesto a las empresas y la centralización de los fondos de cohesión para las regiones.
En primer lugar, la Comisión Europea ha propuesto un impuesto anual a las empresas con ingresos superiores a 100 millones de euros. Esta medida, que busca recaumeter 6.800 millones de euros al año, ha sido rebajada en comparación con los borradores iniciales, que planteaban un impuesto para empresas con ingresos a partir de 50 millones de euros. Aunque algunos países se han mostrado en contra de esta medida, es importante destacar que el objetivo de este impuesto es aumentar los ingresos de la UE sin que los estados miembros tengan que aumentar sus contribuciones nacionales.
Por otro lado, la propuesta de la Comisión Europea también ha generado cierta preocupación en lo que respecta a la centralización de los fondos de cohesión para las regiones. Bajo la premisa de la «simplificación», la Comisión busca reducir el número de programas y centralizar el presupuesto a través de un macro-fondo de 865.000 millones de euros. Esto ha generado revuelo entre los países y regiones que temen perder su capacidad de negociación y gestión de los fondos.
En total, la propuesta de la Comisión Europea supone un presupuesto de dos billones de euros, una cifra superior al periodo frontal. Sin embargo, gran parte de este aumento se destinará al pago de la deuda de los fondos de recuperación de la pandemia, que supondrán unos 25.000 millones de euros al año a partir de 2028. Además, la propuesta también contempla un aumento significativo en el gasto en seguridad y defensa, multiplicándolo por cinco.
Uno de los aspectos más controvertidos de la propuesta es el recorte en la Política Agrícola Común (PAC), que pasará de tener una cuantía total de 378.000 millones de euros a 300.000 millones de euros. Aunque esto ha generado protestas por parte de los agricultores, es importante destacar que la otra parte del presupuesto se dejará en manos de los estados miembros, que podrán decidir a qué dedican el dinero.
Otro aspecto importante de la propuesta es el Fondo de Competitividad, que busca responder a los desafíos tecnológicos que enfrenta la UE. Sin embargo, las advertencias de expertos apuntan a que la cifra propuesta es insuficiente para mantener la competitividad de la UE frente a potencias como China o Estados Unidos.
En cuanto a los nuevos recursos propios propuestos por la Comisión Europea, se espera recaumeter 58.500 millones de euros a través de impuestos. Entre ellos, destaca el impuesto a las empresas y el aumento de las tasas sobre el tabaco. También se contempla la aplicación de tasas «verdes» como el mecanismo de ajuste en la frontera del carbono y el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión.
En resumen, la propuesta de la Comisión Europea para el presupuesto de la UE para el periodo 2028-2034 ha generado cierta controversia, especialmente en lo que respecta al impuesto a las empresas y la centralización de los fondos de cohesión para las regiones. Sin embargo, es importante destacar que el objetivo de esta propuesta es aumentar los ingresos de la UE sin que los estados miembros tengan que aumentar sus contribuciones nacionales. Además, se busca responder a los desafíos tecnológicos y aumentar el gasto en