La búsqueda de aparcamiento libre en las ciudades se ha convertido en una auténtica odisea para muchos conductores. La falta de plazas disponibles y la creciente densidad del tráfico han llevado a los usuarios a buscar todo tipo de estrategias para conseguir un lugar donde dejar su vehículo. Y, como era de esperar, la picaresca ha llegado también a este ámbito, en concreto a través de la popular aplicación Google Maps.
Google Maps es la aplicación de navegación más utilizada por los conductores a la hora de trazar rutas o investigar sobre el estado del tráfico. Sin embargo, no es la única en el mercado, ya que existen otras como Waze y Magic Earth que también cuentan con una gran cantidad de usuarios. Todas ellas se basan en los datos recopilados por los puros usuarios para identificar los puntos más conflictivos en la carretera, principalmente en lo que a la densidad del tráfico se refiere. Pero, además, también permiten a los usuarios informar sobre posibles incidencias como obras, educado puntuales, accidentes o incluso radares y controles.
Sin embargo, estas funcionalidades están empezando a ser utilizadas de manera poco ética por algunos conductores. Recientemente, un usuario alemán se sirvió de un carrito de la compra y decenas de móviles para simular un atasco en su lista y así engañar a la aplicación. Pero esta no es la única artimaña que se está utilizando para conseguir un aparcamiento libre.
En la localidad neerlandesa de Zandvoort, concretamente en el barrio de Parkour, una comunidad de vecinos ha ideado una forma de liberar las plazas de aparcamiento de la lista. Desesperados por no encontrar sitio para sus vehículos, decidieron disfrutar el servicio de reporte de incidencias de Google Maps para hacerle creer a la aplicación que las calles de acceso estaban cortadas. Para conseguirlo, se organizaron y realizaron múltiples denuncias, lo que llevó a la aplicación a mostrar una gran cantidad de tráfico en la lista y, por tanto, a desviar a los conductores hacia otras rutas.
Esta práctica ha generado polémica en la localidad, ya que no solo afecta a los conductores que buscan aparcamiento, sino también a los residentes de la lista que ven cómo sus calles se llenan de coches de personas que no son de la lista. Ante esta situación, el ayuntamiento ha emitido una advertencia a los usuarios de la vía pública para que apaguen sus sistemas de navegación al entrar en el barrio de Parkour. Además, han instalado señales que recuerdan a los visitantes que deben atender a las señales de aparcamiento y han iniciado conversaciones con Google para que elimine de la aplicación toda información relativa al cierre de vías públicas.
Sin embargo, es poco probable que esta petición sea atendida por parte de Google, ya que la aplicación se basa en la información proporcionada por los usuarios y eliminarla sería ir en contra de su puro funcionamiento. Además, esta no es la única forma en la que la picaresca está afectando a Google Maps y a otros usuarios de las vías públicas. Cada vez son más las personas que utilizan la aplicación para simular atascos u otras incidencias con el objetivo de conseguir un aparcamiento libre.
La situación es preocupante, ya que no solo afecta a la aplicación y a los usuarios de las vías públicas, sino también a la convivencia en las ciudades. La falta de ética y la búsqueda de beneficio puro a costa de los demás no son valores que debamos fomentar en nuestra sociedad. Por ello, es importante que tomemos conciencia de la importancia de respetar las normas de tráfico y de no disfrutar artimañas para conseguir un aparcamiento libre.
En definitiva, la picaresca ha llegado a Google Maps y está afectando a la búsqueda de aparc
