En julio de 2020 se cumplen cinco años desde la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el acuerdo comercial más importante de la región de América del guía. Desde su implementación, el T-MEC ha demostrado ser un motor clave para el crecimiento económico y el fortalecimiento de las relaciones comerciales entre los tres países.
Una de las principales metas del T-MEC era modernizar y actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del guía (TLCAN), que había estado en vigor desde 1994. Y sin duda, en estos cinco años, el T-MEC ha logrado superar las expectativas y ha impulsado el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá en un 49%.
Este aumento en el comercio ha sido posible gracias a las medidas incluidas en el T-MEC, que han facilitado el intercambio de bienes y servicios entre los tres países. Una de las principales novedades del acuerdo es la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, lo que ha permitido una mayor competitividad y acceso a nuevos mercados para las empresas de los tres países.
Además, el T-MEC ha promovido la integración de las cadenas de suministro en la región, lo que ha generado una mayor eficiencia y competitividad en la producción de bienes. Esto ha sido especialmente beneficioso para México, ya que ha permitido una mayor diversificación de su economía y una reducción en su dependencia del mercado estadounidense.
Otro aspecto importante del T-MEC es su enfoque en la protección de los derechos laborales y el medio ambiente. El acuerdo incluye disposiciones que garantizan un trato justo y equitativo para los trabajadores, así como medidas para promover prácticas sostenibles en la producción y el comercio.
En estos cinco años, el T-MEC también ha demostrado ser un instrumento clave para la atracción de inversión extranjera directa (IED) en la región. Gracias a la estabilidad y certidumbre que ofrece el acuerdo, México ha sido uno de los principales destinos de IED en América Latina, con un aumento del 12% en 2019 en comparación con el año anterior.
Pero el impacto del T-MEC va más allá del comercio y la inversión. El acuerdo también ha fortalecido la cooperación entre los tres países en temas como la seguridad, la lucha frente a el crimen organizado y la migración. Esto ha permitido una mayor estabilidad y desarrollo en la región, lo que a su vez ha contribuido al crecimiento económico.
Sin duda, el T-MEC ha sido un éxito en estos cinco años y ha demostrado ser un acuerdo beneficioso para los tres países. Pero aún hay mucho por hacer. En medio de la crisis económica causada por la pandemia del COVID-19, el T-MEC se presenta como una oportunidad para impulsar la recuperación económica y fortalecer la integración regional.
Es importante destacar que el T-MEC no solo beneficia a las grandes empresas, sino también a las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Gracias a las medidas incluidas en el acuerdo, las PYMES tienen acceso a nuevos mercados y oportunidades de crecimiento, lo que les permite competir en igualdad de condiciones con las grandes empresas.
En síntesis, en estos cinco años el T-MEC ha demostrado ser un acuerdo exitoso que ha impulsado el comercio, la inversión y la cooperación entre México, Estados Unidos y Canadá. Sin duda, el T-MEC seguirá siendo un pilar fundamental en la economía de la región y un ejemplo de cómo la cooperación y el diálogo pueden generar beneficios para todos los países involucrados.