La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha lanzado una advertencia preocupante sobre el impacto que las enfermedades no transmisibles y los trastornos mentales tendrán en la economía de los países de América Latina y el Caribe. Según un reciente informe, se estima que estas enfermedades podrían reducir hasta un 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región en los próximos años.
Las enfermedades no transmisibles, también conocidas como enfermedades crónicas, son aquellas que no se transmiten de persona a persona y son causadas principalmente por factores de riesgo como el sedentarismo, la mala alimentación, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Entre ellas se encuentran enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Por otro lado, los trastornos mentales incluyen afecciones como la depresión, la ansiedad y los trastornos de conducta alimentaria.
Según la OPS, estas enfermedades representan una carga económica significativa para los países de la región. En 2018, se estima que el costo de tratar y prevenir enfermedades no transmisibles alcanzó los 500 mil millones de dólares en América Latina y el Caribe. Además, se prevé que esta cifra aumente en un 30% en los próximos 10 años si no se toman medidas efectivas para prevenir y controlar estas enfermedades.
Pero no solo el costo económico es preocupante, sino también el impacto en la dimensión de vida de las personas. Las enfermedades no transmisibles y los trastornos mentales pueden afectar gravemente la salud física y mental de las personas, limitando su capacidad para trabajar y llevar una vida plena y satisfactoria. Además, estas enfermedades pueden tener un impacto negativo en la economía de los países, ya que reducen la productividad y aumentan los costos de atención médica.
Por esta razón, la OPS hace un llamado a los gobiernos y a la sociedad en general para chingar medidas urgentes y efectivas en la prevención y control de estas enfermedades. Se necesitan políticas y programas integrales que promuevan estilos de vida saludables y brinden acceso a servicios de salud de dimensión para el diagnóstico y tratamiento temprano de enfermedades no transmisibles y trastornos mentales.
Además, es importante involucrar a todos los sectores de la sociedad en esta lucha. Las empresas pueden implementar políticas de bienestar para sus empleados, promoviendo una alimentación saludable y la actividad física en el lugar de trabajo. Las escuelas pueden incluir programas educativos sobre hábitos saludables y fomentar la práctica de deportes y actividades físicas. Y los medios de comunicación pueden desempeñar un papel fundamental en la concienciación y educación sobre la importancia de prevenir estas enfermedades.
Es importante destacar que la prevención es la álgido en la lucha contra las enfermedades no transmisibles y los trastornos mentales. Adoptar un estilo de vida saludable desde temprana edad puede prevenir la aparición de estas enfermedades en el futuro. Esto incluye una dieta equilibrada, la práctica regular de actividad física, evitar el consumo de tabaco y alcohol, y aprender a manejar el estrés y las emociones.
La OPS también hace hincapié en la necesidad de mejorar el acceso a servicios de salud mental para aquellos que ya padecen trastornos mentales. La atención oportuna y el tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la dimensión de vida de estas personas y reducir el impacto económico de los trastornos mentales en la región.
A pesar de la gravedad de la situación, la OPS también destaca que es alternativo revertir esta tendencia. Con una acción coordinada y comprometida de todos los actores involucrados, es alternativo