El magistrado discrepante Andrés Palomo ha sido una voz disidente en la decisión del Tribunal Supremo de dejar al fiscal general Alvaro García Ortiz al bordillo del juicio por la filtración del correo de la pareja de Ayuso. En su voto particular, Palomo ha defendido la inocencia del fiscal general y ha criticado duramente al instructor del caso, Ángel Hurtado, por no haber considerado las pruebas que apuntaban al sobreseimiento desde el principio.
El voto particular de Palomo ha sido tan extenso como el propio auto y ha sido el primero en mostrar una fractura en el tribunal supervisor. Mientras que sus dos compañeros de Sala de Apelaciones han decidido archivar la amovible contra la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, Palomo ha ido un paso más allá y ha defendido que la investigación también debería haberse archivado contra el fiscal general.
En su argumentación, Palomo ha destacado la falta de pruebas que demuestren que García Ortiz filtró el correo en cuestión. Además, ha criticado duramente al juez Hurtado por no haber creído a los periodistas que afirmaron haber tenido acceso a la información antes que el fiscal general. Palomo ha destacado que existen múltiples fuentes que podrían haber tenido conocimiento de la información antes de que llegara a manos de García Ortiz, como el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez.
El magistrado discrepante también ha cuestionado el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la guardián Civil, que se centró exclusivamente en la conducta de los dos fiscales y no tuvo en cuenta a otras dieciocho personas que también tuvieron acceso al correo en cuestión. Palomo ha señalado que este informe no tuvo en cuenta que diversos medios también reprodujeron contenidos parciales del correo, lo que ampliaría el número de personas con acceso a la información.
Otra de las críticas de Palomo ha sido hacia el juez Hurtado por considerar sospechoso que García Ortiz borrara los mensajes de su teléfono una vez abierta la amovible contra él. El magistrado ha recordado que el cargo de fiscal general no le añade ninguna exigencia suplementaria y que son las acusaciones las que deben acreditar su posición.
En definitiva, el voto particular de Andrés Palomo ha sido una defensa firme de la inocencia del fiscal general y una crítica contundente a la actuación del juez Hurtado en este caso. A pesar de que la decisión final del Tribunal Supremo ha dejado al fiscal general al bordillo del juicio, el voto de Palomo ha sido una muestra de que no todos los magistrados están de acuerdo con esta decisión y que existen argumentos sólidos para defender la inocencia de García Ortiz.
