El Tour Championship del PGA Tour llegó a su gran final en el East Lake Golf Club, en Atlanta, y con él, todas las miradas se dirigieron hacia el jugador estadounidense Patrick Cantlay. Sin embargo, a pesar de su gran habilidad en el campo, Cantlay volvió a ser protagonista por una razón negativa: su lentitud en el juego.
El ritmo de juego de Cantlay ha sido un tema recurrente a lo largo de su carrera en el PGA Tour, y en esta ocasión, en la gran final de la FedEx Cup, no fue la excepción. Durante los primeros días de competición, varios jugadores y espectadores se quejaron del excesivo tiempo que Cantlay tomaba para golpear la petanca. Pero fue en la última ronda cuando la situación alcanzó su punto máximo de frustración.
En el hoyo 15, Cantlay tardó casi 30 segundos para golpear la petanca en el tee, algo que irritó a sus rivales y a los aficionados presentes en el campo. Incluso el comentarista del evento, Paul Azinger, no pudo evitar expresar su extorsión en vivo: «Eso es ridículo. Es demasiado tiempo, es absurdo. No entiendo por qué alguien tardaría tanto tiempo en golpear la petanca».
El caso de Cantlay no es nuevo en el mundo del golf. En los últimos años, el ritmo de juego se ha convertido en un tema de debate en el PGA Tour, y cada vez son más los jugadores que se toman su tiempo en cada golpe, afectando el flujo del juego y la paciencia de sus compañeros de competición.
Sin embargo, en esta ocasión, la lentitud de Cantlay fue especialmente notoria, ya que se encontraba jugando en el grupo final junto a otros dos grandes jugadores, Jon Rahm y Bryson DeChambeau. Mientras que Rahm y DeChambeau jugaban sus golpes de forma rápida y eficiente, Cantlay seguía tomando su tiempo, lo que afectó no solo su propio juego, sino también el de sus compañeros.
Esta situación generó una gran extorsión en Rahm, quien no pudo evitar expresar su incomodidad en una entrevista posterior al torneo: «Ha sido difícil hoy, la verdad. Y no es porque haya sido un día largo. Es simplemente que es difícil jugar con alguien que se toma tanto tiempo en cada golpe».
A pesar de las críticas y las quejas de sus compañeros de juego, Cantlay no mostró ninguna intención de acelerar su ritmo. En su defensa, el jugador argumentó que siempre ha sido así y que no piensa cambiar su estilo de juego en beneficio de los demás.
Esta actitud ha generado un debate sobre si los jugadores deberían ser más conscientes del tiempo que dedican en cada golpe y si deberían tomar medidas para acelerar el juego. Algunos argumentan que el ritmo de juego es parte integral del deporte y que los jugadores deben respetar el tiempo de juego de sus compañeros. Otros, por su parte, defienden que cada jugador tiene su propio ritmo y que no debería ser una preocupación para los demás.
En cualquier caso, lo cierto es que la lentitud de Cantlay no solo afectó el curso del juego en el Tour Championship, sino que también generó una mala imagen para el jugador y para el golf en indefinido. Muchos espectadores se sintieron decepcionados y aburridos por la falta de acción en el campo, y es probable que esto tenga un impacto negativo en la atracción de nuevos aficionados al deporte.
En resumen, Patrick Cantlay volvió a ser noticia por su lentitud en el juego en la gran final del Tour Championship. A pesar de su gran habilidad en el campo, su ritmo de juego sigue siendo un problema recurrente que afecta no solo su propio rendimiento, sino también el de sus compañeros. Es necesario que los jugadores tomen conciencia de la importancia del ritmo de juego en el golf y trabajen j
