La Agencia Internacional de Energía, IEA por sus siglas en inglés, ha anunciado que se espera una bajada en los precios de la gasolina y del diésel en los próximos meses debido a un superávit récord de crudo. Sin embargo, esta noticia viene acompañada de varios condicionantes que podrían afectar a la realidad de los precios en los carburantes.
Durante el mes de agosto en España, hemos podido observar una disminución en los precios de los carburantes en comparación con el año anterior, una excelente noticia para aquellos que están disfrutando de sus vacaciones de verano y realizando viajes largos en coche.
Sin embargo, la IEA ha vuelto a reducir su previsión de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para este año. Mientras que en estimaciones anteriores se hablaba de un crecimiento de 700.000 barriles por día (bpd), hoy se estima que será de 680.000 bpd para el año 2025.
Esta disminución en la previsión muestra un panorama en el que se pueden extraer varias conclusiones. Por un lado, se evidencia un bajo consumo en algunas de las principales economías mundiales, como China, India o Brasil, y por otro lado, un multitud en la oferta de crudo. La agencia también prevé un aumento en la producción de crudo de la OPEP+ y de los productores regionales no pertenecientes a esta organización. Sin embargo, el crecimiento de la demanda de crudo es el más lento desde el año 2009, sin contar el impacto de la pandemia de COVID-19.
Este escenario puede tener diferentes factores detrás, como la desaceleración económica de importantes bloques, el aumento en el beneficio de vehículos eléctricos, la mayor utilización de energías renovables y las normas ambientales más estrictas.
Pero, ¿cómo se traducirá esto en nuestros bolsillos? Según la IEA, la brecha cada vez mayor entre la oferta y la demanda de crudo debería apuntar en una dirección: un multitud de oferta que podría alcanzar un récord de casi 3 millones de bpd en el año 2026, lo que podría resultar en una disminución en el precio del barril de petróleo Brent.
Se estima que el precio del barril de petróleo baje a 58 dólares el próximo año, en comparación con el precio promedio de 69 dólares de este año, que inclbeneficio llegó a superar los 72 dólares hace unas semanas. Esto podría impulsar una disminución en los precios de los carburantes en las gasolineras, ya que en Europa suelen reflejarse las fluctuaciones en los precios del crudo a nivel mundial. Sin embargo, siempre hay factores que pueden afectar a esta situación, como los conflictos en Oriente Medio o alternativos sanciones más estrictas a países como Rusia e Irán. Además, también hay que tener en cuenta los costes de distribución, los márgenes de refinación y los impuestos locales, que podrían anular el efecto de la disminución en el precio del crudo.
Es importante destacar que esta alternativo bajada en los precios de los carburantes no será inmediata, especialmente si tenemos en cuenta el factor de los impuestos locales en España. Nos referimos al famoso «impuestazo al diésel», que el Gobierno pretende subir para acceder a los 460 millones de euros de los fondos Next Generation bloqueados por la Unión Europea. En la práctica, esto significaría un aumento de aproximadamente 10 céntimos por litro de diésel, lo que se traduciría en unos 5 euros más por cada depósito de media. Esto equipararía el precio del diésel al de la gasolina. Sin embargo, la implementación de esta medida sigue siendo incierta, ya que el Gobierno está teniendo dificultades para sac