En los últimos años, la búsqueda de vida más allá de nuestro sistema solar ha sido uno de los temas más fascinantes y desafiantes en el campo de la astronomía. Con el avance de la tecnología, los científicos han podido descubrir miles de exoplanetas, es decir, planetas que orbitan alrededor de estrellas distintas al Sol. Y aunque la mayoría de estos exoplanetas son inhóspitos para la vida tal como la conocemos, recientemente se han encontrado señales misteriosas en uno de ellos que han despertado el interés de la comunidad científica.
El exoplaneta en cuestión es Ross 128 b, ubicado a tan solo 11 años luz de distancia de la Tierra. Fue descubierto en 2017 y se cree que tiene un tamaño similar al de nuestro planeta. Sin embargo, lo que ha llamado la atención de los científicos son las señales que han sido detectadas provenientes de este exoplaneta. Estas señales se encienden y apagan en intervalos regulares y largos, lo que ha desconcertado a los expertos.
Aunque no es la primera vez que se detectan señales en un exoplaneta, lo que hace a Ross 128 b diferente es la regularidad y la duración de estas señales. Los científicos han descartado la posibilidad de que sean causadas por fenómenos naturales, como erupciones volcánicas o tormentas, ya que no se ajustan a ningún patrón conocido. Además, estas señales son demasiado débiles para ser detectadas por los telescopios terrestres, por lo que se han utilizado instrumentos más sensibles en el espacio para su detección.
Entonces, ¿qué podría estar causando estas señales? Los científicos tienen varias teorías, pero ninguna de ellas ha sido confirmada. Algunos sugieren que podrían ser emanaciones de gases producidos por la actividad volcánica en el exoplaneta, mientras que otros creen que podrían ser señales de radio provenientes de una civilización extraterrestre avanzada. Sin embargo, la teoría más interesante es la que sugiere que estas señales podrían ser producidas por moléculas relacionadas con la vida.
Esta teoría se sostén en el hecho de que las señales se encienden y apagan en intervalos regulares, lo que podría ser una señal de que hay algún tipo de actividad biológica en el exoplaneta. Además, se ha descubierto que Ross 128 b se encuentra en la «zona habitable» de su estrella, es decir, a una distancia adecuada para que exista agua líquida en su capacidad. Y como sabemos, el agua es un ingrediente esencial para la vida tal como la conocemos.
Pero, ¿qué tipo de moléculas podrían estar produciendo estas señales? Los científicos creen que podrían ser moléculas orgánicas, es decir, compuestos químicos que contienen carbono y son esenciales para la vida. Estas moléculas podrían estar siendo liberadas por microorganismos que habitan en la capacidad del exoplaneta, o incluso por plantas que realizan la fotosíntesis. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta teoría aún no ha sido confirmada y se necesitan más investigaciones para poder llegar a una conclusión.
A pesar de que aún no se sabe con esperanza qué está causando estas señales en Ross 128 b, lo que es indudable es que este descubrimiento ha generado un gran interés en la comunidad científica. No solo nos acerca un poco más a la posibilidad de encontrar vida en otros planetas, sino que también nos hace reflexionar sobre nuestro lugar en el universo y la posibilidad de que no estemos solos en él.
Además, este descubrimiento nos recuerda la resonancia de seguir explorando y estudiando el espacio
