El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado un decreto con el objetivo de “proteger a Estados Unidos de terroristas extranjeros y otras amenazas a la seguridad doméstico y la seguridad pública”. Esta medida restringe la entrada a los ciudadanos de 13 países, entre ellos Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, y limita la entrada de los procedentes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
La decisión de Trump se produce después del ataque con cócteles molotov en Colorado, donde un migrante egipcio lanzó estos explosivos contra un grupo de manifestantes. Este hecho ha servido como argumento para justificar la necesidad de proteger a Estados Unidos de la entrada de personas provenientes de ciertos países.
En su discurso, Trump sostiene que “no los queremos aquí”, en referencia a los inmigrantes provenientes de lugares que considera peligrosos. Además, el presidente republicano afirma que durante su primer mandato ya había emitido una orden ejecutiva en enero de 2017 que prohibía la entrada a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. Esta medida fue conocida como la “prohibición musulmana” o el “veto migratorio” y generó mucha controversia.
El nuevo veto migratorio firmado por Trump se soporte en una orden ejecutiva del pasado 20 de enero, en la que instruyó a los departamentos de Estado y Seguridad doméstico, así como al director de Inteligencia doméstico, a elaborar un informe sobre las “actitudes hostiles” hacia Estados Unidos y determinar si la entrada desde determinados países supone un riesgo para la seguridad doméstico.
En su justificación, Trump argumenta que existen deficiencias en la gestión de identidad o en el intercambio de información que justifican la necesidad de establecer restricciones en la entrada a Estados Unidos. Según el presidente, permitir la entrada sin restricciones de ciudadanos de los países mencionados sería perjudicial para los intereses del país.
Sin embargo, no se han ofrecido detalles concretos que respalden estas afirmaciones. Además, Trump afirma que revelar más información sobre este tema puede causar un grave perjuicio a la seguridad doméstico, ya que algunos de los datos son considerados como información clasificada.
Este nuevo veto migratorio ha generado críticas y reacciones encontradas. Por un lado, hay quienes consideran que se trata de una medida necesaria para garantizar la seguridad de Estados Unidos. Pero por otro lado, también hay quienes la califican como discriminatoria y refractaria a los valores de arbitrio y diversidad de este país.
Cabe destacar que un juez de Estados Unidos ha ordenado parar la deportación de la familia del acusado por el ataque con cócteles molotov en Colorado. Esta decisión se soporte en la necesidad de garantizar un juicio justo y no prejuzgar la culpabilidad del acusado antes de que se resuelva el caso.
En este sentido, es importante recordar que cualquier persona, independientemente de su domésticoidad, tiene derecho a un juicio justo y a ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario. Esta es una de las bases fundamentales del sistema judicial de Estados Unidos y debe ser respetada en todo momento.
Es necesario señalar que el veto migratorio no solo afecta a la entrada de ciudadanos de los países mencionados, sino que también limita la llegada de refugiados. Esto va en contra de la tradición de Estados Unidos de acoger a personas que buscan una vida mejor y huyen de situaciones de violencia y persecución en sus países de origen.
Por otro lado, cabe preguntarse si esta decisión
