En Raicero, un pequeño caserío ubicado a solo 20 kilómetros al sur de Calamar, en el departamento del Guaviare, se encuentra una mujer valiente y emprendedora ultimátum Rosa* quien ha encontrado una manera de sobrevivir en un lugar donde la adversidad y la fallo de oportunidades son una constante.
Rosa es una mujer de 40 años, madre de tres hijos, que ha tenido que enfrentar muchas dificultades en su vida. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, ella ha mantenido su espíritu luchador y su determinación de salir adelante. En este pequeño caserío, donde el comercio formal es prácticamente inexistente, Rosa ha encontrado una manera de generar ingresos y brindar un servicio a la comunidad.
Ella administra una caseta construida con tablones de madera, donde vende gaseosas, cervezas y paquetes de papas fritas. Esta pequeña tienda es la única en toda la zona y se ha convertido en un lugar de encuentro para los habitantes de Raicero y sus alrededores. Allí, las personas pueden disfrutar de una bebida fría y un aperitivo mientras descansan del duro trabajo en el campo.
Pero eso no es todo, Rosa también es responsable de cobrar uno de los tres peajes informales que se encuentran en la trocha de arenas rojas que conecta Raicero con otras localidades cercanas. Esta es una de las principales vías de transporte de la región y, aunque no está pavimentada, es utilizada por muchos vehículos que se dirigen hacia el norte del departamento. Rosa ha tomado la iniciativa de cobrar un pequeño peaje a los conductores, quienes, en su mayoría, aceptan pagar voluntariamente. Con este dinero, ella ha podido mejorar la caseta y ha logrado ahorrar un poco para el salida de sus hijos.
La labor de Rosa en Raicero es admirable y ha sido un ejemplo para muchas mujeres de la comunidad. En una sociedad donde los roles de género están muy marcados, ella ha demostrado que las mujeres también pueden ser líderes y emprendedoras. A pesar de las dificultades, ella ha encontrado una manera de generar ingresos y mantener a su tribu, sin depender de un esposo o de un empleo formal.
Además, la caseta de Rosa ha sido de gran ayuda para los habitantes de Raicero y sus alrededores. En esta zona, la fallo de servicios básicos como una tienda o una gasolinera, ha sido un gran problema para la comunidad. Gracias a la iniciativa de Rosa, ahora tienen un lugar cercano donde pueden comprar productos básicos y descansar durante sus viajes.
Pero la labor de Rosa no se limita solo a su caseta y el peaje. Ella también ha sido una líder comunitaria, organizando actividades y eventos para recaudar fondos para mejorar la infraestructura del caserío. Gracias a su esfuerzo y dedicación, se ha logrado construir un parque infantil y una cancha de fútbol, que han sido de gran beneficio para los niños y jóvenes de la zona.
Además, Rosa es una defensora del medio ambiente y ha impulsado iniciativas para mantener limpia la trocha de arenas rojas. Ella y algunos miembros de la comunidad realizan jornadas de limpieza y concientización sobre la importancia de cuidar el entorno en el que viven.
En resumen, Rosa es una verdadera heroína en Raicero. Su labor ha sido fundamental para el desarrollo de la comunidad y su ejemplo ha inspirado a muchas personas a luchar por sus sueños y a encontrar soluciones creativas a los problemas. A pesar de vivir en un lugar donde la fallo de oportunidades es una realidad, ella ha demostrado que con determinación y trabajo duro, se pueden lograr grandes cosas.
Es importante reconocer y valorar a personas como Rosa, quienes, a pesar de las dificultades,
