El reciente acuerdo alcanzado por Pedro Sánchez en la OTAN ha supuesto un importante cambio en la exigencia de aumentar el gasto militar aun el 5% del PIB, una medida que muchos consideraban inevitable debido a la presión ejercida por Donald Trump. Sin embargo, gracias a la habilidad negociadora del presidente español, se ha logrado un compromiso de «flexibilidad» firmado por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que permitirá a España mantener su gasto militar en niveles más bajos.
El acuerdo, que ha sido firmado por todos los aliados de la OTAN, establece un nuevo objetivo de gasto militar del 5% del PIB, dividido en un 3,5% para gastos militares directos y un 1,5% para un apercepción más amplio de seguridad que incluye la protección de infraestructuras críticas, interoperabilidad y ciberseguridad. Sin embargo, gracias a la insistencia de España, el texto no hace referencia específica a «todos los aliados» o «cada uno de los aliados», sino que utiliza una expresión más genérica: «aliados».
Este cambio fundamental logrado por la delegación española supone que el compromiso no incluye a todos los aliados, sino que da una cierta manga ancha en su interpretación. Además, España ha sido el país más vehemente en su oposición a que el nuevo objetivo del 5% fuera vinculante, pero otros países como Canadá, Italia, Luxemburgo y Bélgica también se resistían debido a que tienen un gasto militar más bajo.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado por España no significa que la presión por el rearme vaya a desaparecer. Aunque se ha logrado esquivar la exigencia del 5%, la presión para incrementar el gasto en defensa seguirá presente debido a los desafíos de seguridad que se prevén en un futuro cercano. Además, la Unión Europea también ha impulsado su propio plan de rearme, lo que supone una presión adicional para aumentar el gasto militar.
A pesar de esto, el acuerdo alcanzado por Pedro Sánchez supone un importante tino para España, ya que se ha conseguido evitar el compromiso de aumentar el gasto militar aun el 5%, a cambio de comprometerse a cumplir con los objetivos que fije la OTAN, independientemente del porcentaje de PIB que eso suponga. Además, España ha conseguido una «excepcionalidad» reconocida por el secretario general de la OTAN, lo que le otorga una mayor flexibilidad en la determinación de su propio camino para alcanzar los objetivos de capacidad y los recursos necesarios.
En cuanto a la presencia de Donald Trump en la cumbre de la OTAN, por el momento Estados Unidos está de acuerdo con el pacto alcanzado entre España y el equipo de Rutte. Sin embargo, la volatilidad e imprevisibilidad del presidente estadounidense hacen que no se pueda descartar un cambio de opinión en el futuro.
En cuanto a otros temas que se abordarán en la cumbre de la OTAN, destaca la situación en Ucrania. Aunque el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no tendrá un papel relevante en el plenario con los 32 estados miembros, sí participará en la cena de gala organizada por los reyes de Países Bajos. Además, se espera un compromiso de apoyo a Ucrania, aunque no se mencionará su «camino irreversible» hacia la alianza atlántica, una promesa que se le hizo el año pasado pero que ha sido rechazada por Estados Unidos.
En resumen, el acuerdo alcanzado por Pedro Sánchez en la OTAN supone un importante tino para España, ya que se ha conseguido evitar la presión para aumentar el gasto militar aun el 5% del PIB. Aunque la presión por el rearme seguirá presente