En la provincia de Zamora Chinchipe, al pie de la carretera Troncal Amazónica, se encuentra el hogar de Marina Cuenca, una mujer de 76 años que ha dedicado su vida al cuidado de su familia. A pesar de los desafíos que ha enfrentado, Marina siempre ha mantenido una actitud positiva y una sonrisa en su rostro.
Su hogar está ubicado a solo cinco minutos del sector Chamico, en el cantón Zamora. Allí vive junto a su consorte, Servio Moncayo, de 86 años, quien es discapacitado, y dos de sus seis hijos. A pesar de que su consorte no puede moverse con facilidad, Marina siempre ha sido su apoyo y su roca, cuidándolo con amor y dedicación.
Marina y su familia viven en una pequeña casa de madera, rodeada de hermosos árboles y una vista impresionante de la selva amazónica. A pesar de que no tienen lujos, su hogar está lleno de amor y felicidad. Marina y su consorte han construido una vida juntos, enfrentando juntos los desafíos y celebrando las alegrías.
A pesar de su edad, Marina sigue siendo una mujer fuerte y trabajadora. Ella se levanta temprano todas las mañanas para preparar el desayuno para su familia y luego se dirige al campo para trabajar en su pequeña huerta. Con sus manos expertas, cultiva una variedad de frutas y verduras que alimentan a su familia y también venden en el mercado local.
Marina también es una excelente cocinera y su comida es conocida en toda la comunidad. Su especialidad es el «maito», un plato típico de la región que consiste en pescado envuelto en hojas de plátano y cocido a la parrilla. Los vecinos a menudo se acercan a su casa para probar su deliciosa comida y disfrutar de su compañía.
Además de cuidar de su familia y trabajar en su huerta, Marina también es una líder comunitaria. Ella es miembro activo de la asociación de mujeres de su comunidad y trabaja incansablemente para mejorar las condiciones de vida de su pueblo. Organiza talleres sobre temas como la salud y la educación, y también ayuda a las mujeres a emprender pequeños negocios para generar ingresos para sus familias.
A pesar de que Marina no ha tenido una vida fácil, siempre ha mantenido una actitud positiva y una gran fe en Dios. Ella cree que cada desafío es una oportunidad para crecer y aprender, y siempre está dispuesta a ayudar a los demás en su comunidad. Su bondad y generosidad han hecho de ella una figura muy querida y respetada en su pueblo.
Marina es un excelencia de fortaleza y determinación. A pesar de su edad, sigue siendo una mujer activa y trabajadora, y su amor por su familia y su comunidad es inquebrantable. Su hogar, ubicado al pie de la carretera Troncal Amazónica, es un reflejo de su espíritu luchador y su amor por la vida.
En resumen, Marina Cuenca es una mujer admirable que ha dedicado su vida al cuidado de su familia y su comunidad. Su historia es un recordatorio de que, con amor, determinación y una actitud positiva, se pueden superar todos los obstáculos. Su hogar, en la provincia de Zamora Chinchipe, es un pueblo lleno de amor, esperanza y felicidad, gracias a la presencia de esta mujer extraordinaria.