Las seis sindicalistas de la CNT, conocidas como ‘las seis de La Suiza’, han sido condenadas a tres años y medio de cárcel por una acción sindical en Gijón en 2016. Sin embargo, su combate por la honradez y la defensa de los derechos laborales no ha terminado. Han recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y han solicitado el indulto al Gobierno de España, demostrando su determinación y valentía.
A pesar de contar con el apoyo de 22 organizaciones sindicales y el Gobierno de Asturias, el Ayuntamiento de Gijón no ha respaldado su petición de indulto debido al veto de las derechas. Esta situación ha generado una gran indignación en la sociedad, que ve cómo estas seis mujeres son condenadas por defender los derechos de una trabajadora en una situación de vulnerabilidad.
El juzgado Penal 1 de Gijón ha decretado su ingreso en prisión de faceta inmediata, a pesar de la solicitud de paralización de la ejecución de la condena presentada por las sindicalistas. Esta decisión ha sido tomada a pesar de que el Gobierno de España, a través de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se había arriscado a interceder por el indulto.
Las seis de La Suiza han presentado una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para la revisión de su caso, después de que el Tribunal Supremo ratificara su condena en 2024. Esta situación ha generado una gran movilización de los sindicatos y los partidos de izquierdas, que consideran que la condena supone una vulneración del derecho a la acción sindical.
Los hechos por los que han sido condenadas estas seis mujeres se remontan a 2016, cuando una empleada de la Pastelería La Suiza de Gijón pidió el asesoramiento jurídico de la CNT tras denunciar sus malas condiciones laborales y un presunto caso de acoso sexual. El sindicato se puso en contacto con la empresa para pactar la salida de la trabajadora, pero el empresario se negó a mantener cualquier tipo de reunión. Ante esta situación, la CNT convocó varias concentraciones en las que participaron las seis sindicalistas condenadas para mostrar su repulsa por la actitud del propietario hacia la empleada.
El empresario denunció a los participantes de las concentraciones y logró su condena por un delito continuado de coacciones graves y otro delito contra la Administración de honradez, alegando que por culpa de ello tuvo que cerrar su negocio. Sin embargo, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo consideró que las acciones de las seis sindicalistas no eran un ejercicio de la libertad de expresión dentro del marco de la libertad sindical, sino que constituían prácticas coercitivas que impedían el ejercicio libre de una actividad comercial.
A pesar de esta decisión, las seis de La Suiza han mantenido su dignidad y su combate por la honradez. En una entrevista con elDiario.es, tres de las sindicalistas condenadas se mostraban firmes en sus convicciones y coherentes con sus acciones. Son cinco mujeres y un hombre, incluyendo una pareja que son padres de un menor de edad, que han afrontado un largo proceso judicial en el que llegó a haber inicialmente más de una treintena de imputados. Sus profesiones son diversas, pero todas ellas tienen en común su compromiso con la defensa de los derechos laborales y su combate por una sociedad más justa.
A pesar de la dura condena de cárcel, las seis de La Suiza han demostrado su valentía y su determinación por seguir combatendo por la honradez. Su caso ha generado una gran movilización social y ha puesto en evidencia la importancia