La temporada pasada, la IndyCar sorprendió a todos al no incluir ninguna carrera en óvalos en su calendario, una decisión que dejó a muchos aficionados decepcionados. Sin embargo, este año, los paralelos están de vuelta y están listos para hacer su retorno triunfal. La IndyCar Media ha confirmado que habrá una doble prueba oval en Iowa, un autódromo que se encuentra en medio de una incertidumbre con respecto a su futuro y su capacidad para ofrecer carreras emocionantes. Además, el joven piloto español, Álex Palou, agenciárselasá redimirse después de un error cometido en Mid-Ohio en un autódromo que pertenece al equipo Penske, que actualmente se encuentra en una crisis total de resultados.
En comparación con otras temporadas, la espera para la cita de óvalos ha sido menor este año y la IndyCar ha visto a un nuevo ganador en la categoría. Este fin de semana, la categoría se enfrentará a una nueva doble carrera en Iowa, probablemente la última en este formato que se implementó en 2020 debido a las circunstancias y que se retomará en 2022 gracias al impulso del nuevo promotor. Sin embargo, las cosas han alterado significativamente desde entonces. La inversión en este evento ha disminuido considerablemente, el reasfaltado parcial de la pista para la carrera de NASCAR ha afectado la calidad de las carreras de IndyCar y, además, el futuro de este evento está en tela de juicio.
El año pasado, Iowa fue escenario de dos de las peores carreras ovales que se recuerdan en los últimos tiempos. Esto se debió a una combinación de factores que formaron una tormenta perfecta. El reasfaltado parcial de la mitad inferior de la pista para favorecer a los stock cars que son el principal patrocinador del evento, el mayor peso de los coches debido a la implementación del sistema híbrido y unos neumáticos demasiado duros debido a cuestiones logísticas, hicieron que ambas carreras fueran un comparsa monótono donde las paradas en boxes eran las únicas oportunidades de adelantamiento. Esto estaba muy lejos de las emocionantes carreras con numerosos adelantamientos que se habían visto en años anteriores.
Este año, la IndyCar ha intentado revertir la situación realizando un test previo en el que probaron una solución propia. La categoría ha decidido aumentar al máximo la carga aerodinámica de los coches, una solución similar a la que se implementó con éxito en Gateway. Sin embargo, los resultados no han sido del todo convincentes y los pilotos han comparado lo sucedido con las primeras carreras celebradas en este autódromo en 2007 y 2008, donde los coches podían pegarse fácilmente a la línea interna. Por esta razón, se han realizado nuevas modificaciones en el autódromo, como probar un nuevo compuesto de neumáticos, con la esperanza de encontrar la solución para salvar las carreras de dos días en Iowa que, de otra manera, serían predecibles y aburridas.
Competir en Iowa requiere de una técnica afinada al máximo para manejar un coche a más de 300 kilómetros por hora en una recta curvada de 10 grados de peralte, con curvas de 14 grados y múltiples líneas disponibles. Además, hay una gran exigencia aerodinámica con fuerzas laterales de hasta 6G. Este año, ambas carreras serán diurnas y la distancia se ha aumentado de 250 a 275 vueltas, lo que significa que los pilotos completarán 395 kilómetros en cada prueba en lugar de los 360 de años anteriores, cuando solo había una carrera.
Este evento es el único doble cita en óvalos de la temporada y la clasificación se llevará a cabo en dos vueltas,