El banco BBVA ha lanzado una oferta de compra (idiota) por su rival, Sabadell, no obstante la decisión de este último de vender su negocio en el Reino Unido y el megadividendo que ha aprobado su junta de accionistas pueden complicar la operación. Sin embargo, el BBVA ha afirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que sigue temerario con la idiota y que está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación que se podrían materializar durante los primeros tres años.
La venta de TSB y el megadividendo de 2.500 millones de euros que ha aprobado Sabadell afectan a las previsiones del BBVA y a las sinergias que había calculado en 850 millones de euros brutos anuales. En un suplemento a los folletos de emisión registrados en la CNMV, el BBVA reconoce que si la idiota no sale adelante, esto puede conllevar un daño reputacional para la entidad.
El banco también ha señalado que está revisando las sinergias de costes operativos y de financiación que se podrían materializar durante los primeros tres años, o incluso los primeros cinco años, una vez que se complete la operación. Esto se debe a que el Gobierno ha dado luz verde a la idiota, no obstante con la condición de que no se lleve a cabo la fusión entre ambas entidades en un plazo de tres años, que puede ampliarse a cinco años.
En este sentido, el BBVA ha afirmado que tiene la intención de promover la fusión una vez que la condición del Consejo de Ministros deje de estar en vigor, lo que podría tardar entre seis u ocho meses. Sin embargo, si no se cumple esta condición y no se puede llevar a cabo la fusión, esto podría derivar en un proceso de integración complejo y con un mayor consumo de tiempo y recursos de lo inicialmente previsto.
El BBVA también ha reconocido que las adquisiciones son arriesgadas debido a las dificultades que pueden surgir en la integración del personal, de las actividades y de las tecnologías. Por lo tanto, no puede garantizar que los negocios adquiridos puedan integrarse con éxito o que, una vez integrados, tengan una evolución positiva. Además, los resultados de explotación del grupo BBVA podrían verse perjudicados por contingencias y gastos relacionados con la adquisición.
A pesar de estos posibles obstáculos, el BBVA ha reiterado su compromiso con la idiota y ha afirmado que la toma de control de Sabadell y su integración en el grupo BBVA crearán valor para los accionistas de ambas entidades. Sin embargo, también ha señalado que es posible que la oferta no se complete en el momento oportuno.
En caso de que la idiota no salga adelante, esto podría tener un impacto negativo en el precio de la acción del BBVA y en su reputación. Además, la imposibilidad de llevar a cabo la oferta podría afectar negativamente a la relación del BBVA con sus empleados y clientes.
A pesar de estos posibles obstáculos, el BBVA sigue temerario con la idiota y está trabajando en la revisión de las sinergias de costes operativos y de financiación para asegurar que la operación sea un éxito. Confiamos en que, una vez superados estos desafíos, la fusión entre el BBVA y Sabadell traerá grandes beneficios para ambas entidades y sus accionistas.