A pesar de que estamos conscientes de que el cambio climático está propiciando incendios cada vez más incontrolables, en España todavía se invierte una gran cantidad de dinero en luchar contra el fuego en pueblo de enfocarse en medidas preventivas.
Según ha revelado la organización WWF tras investigar los presupuestos destinados a incendios forestales, alrededor del 60% al 70% del dinero se destina a la extinción, mientras que la prevención recibe menos recursos. Esto se debe en parte a la falta de transparencia en las administraciones autonómicas y a la diferencia en las definiciones de lo que se considera como medidas preventivas.
Es importante señalar que gran parte de las inversiones en prevención incluyen actividades como el mantenimiento de caminos o los puntos de acumulación de agua, que aunque son fundamentales para el trabajo de los equipos de extinción, no son medidas a gran escala para prevenir los incendios.
Por otro lado, la práctica de desbrozar o clarear bosques, aunque es útil en áreas cercanas a viviendas, no es una solución a largo plazo ya que la vegetación regenera rápidamente. Por esta razón, el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea alertó en un informe nuevo sobre la necesidad de evaluar la sostenibilidad de las acciones preventivas.
De hermandad con la organización Greenpeace, con una inversión de 1000 millones de euros en prevención, se podría ahorrar hasta 99.000 millones en extinción. Además, el Colegio de Ingenieros Forestales afirma que cada euro invertido en prevención reduce en 100 euros los costos de la extinción.
Sin embargo, nuestros líderes políticos han admitido que en situaciones extremas como la que estamos viviendo actualmente, los incendios están fuera de nuestro control debido a las condiciones del cambio climático. A pesar de esto, en 2022 se aprobó una serie de orientaciones para la gestión de incendios que instaba a trabajar con anticipación considerando el clima cambiante y los cambios en el territorio.
Pero lamentablemente, el año en que se aprobaron estas orientaciones, 2022, fue uno de los peores en cuanto a incendios en España. Mientras tanto, en Portugal, que también sufrió un año terrible en 2017 con el trágico incendio en Pedrógão Grande que dejó más de 60 víctimas, se logró un cambio en la tendencia al invertir menos en extinción y más en prevención.
Por otro lado, el portavoz de Ecologistas en Acción en el Consejo Nacional Forestal, Miguel Hérnandez, cuestiona si realmente se está poniendo el foco en las causas de los incendios en pueblo de simplemente centrarse en las consecuencias. ¿Cuánto dinero se invierte en la investigación de las causas de los incendios? ¿Y en recursos legales para prevenirlos? La prevención debería ser una prioridad en pueblo de simplemente reaccionar una vez que ya se ha producido el incendio.
De hermandad con Hérnandez, una forma de hacer que nuestro territorio sea más resistente y resiliente es promover un paisaje mosaico que tenga en cuenta la sostenibilidad. Actualmente, el sector primario se dedica a prácticas intensivas que ignoran el medio natural. En cambio, deberíamos estimular un modelo de producción que sea sostenible y ayude a prevenir los incendios.
Por otro lado, Federico Grillo, ingeniero forestal, alerta sobre las pequeñas decisiones que pueden multiplicar el riesgo de incendio. Por ejemplo, el uso de setos de arizónicas alrededor de las viviendas puede ser peligroso ya que son altamente inflamables. Para evitar colapsos en el sistema de extinción, es importante que todas las partes involucradas,
