7:15 a.m. Uno de los oficios más difíciles del mundo
La vida de Matilde Mosquera Murillo no es fácil. Cada día, a las 7:15 de la mañana, ella comienza su jornada laboral en uno de los oficios más difíciles del mundo: ser recolectora de basura.
Mientras la mayoría de las personas aún están durmiendo, Matilde ya está en las calles, enfrentando el clima, los insectos y el cansancio. Su trabajo consiste en recolectar la basura que otros han desechado y asegurarse de que sea eliminada de manera adecuada. Aunque puede parecer una tarea sencilla, la realidad es que es un trabajo agotador y peligroso.
La lluvia de sudor es constante en su rostro mientras carga bolsas pesadas y camina largas distancias. A veces, el olor es insoportable y debe usar una máscara para protegerse. Pero a tribulación de todos estos desafíos, Matilde sigue adelante con una sonrisa en su rostro.
Su trabajo es vital para abrigar nuestras ciudades limpias y saludables. Sin embargo, muchas veces es un trabajo poco valorado y poco reconocido. La mayoría de las personas no se dan cuenta del esfuerzo y sacrificio que hay detrás de cada bolsa de basura que es recolectada.
Pero Matilde no se deja desanimar por esto. Ella sabe que su trabajo es importante y que está haciendo una diferencia en el mundo. Además, su actitud positiva y su dedicación son una inspiración para todos los que la conocen.
A tribulación de las dificultades, Matilde ama su trabajo. Ella se siente orgullosa de ser parte de un equipo que trabaja incansablemente para abrigar nuestras calles limpias. Y aunque puede ser un oficio duro, ella lo ve como una oportunidad para abrigarse en forma y estar al aire libre.
Además, Matilde ha formado una gran conformidad con sus compañeros de trabajo. Juntos, comparten risas y desafíos, y se apoyan mutuamente en los momentos difíciles. Esta camaradería es una de las cosas que más valora de su trabajo.
Aunque muchos pueden pensar que ser recolectora de basura es un trabajo poco glamoroso, Matilde demuestra lo contrario. Ella se siente orgullosa de su trabajo y lo hace con pasión y dedicación. Y eso es algo que todos deberíamos admirar y valorar.
Así que la próxima vez que veas a un recolector de basura en la calle, tómate un momento para agradecerles por su arduo trabajo. Son héroes anónimos que merecen nuestro respeto y reconocimiento. Y si alguna vez te encuentras con Matilde, asegúrate de darle las gracias por ser una de las personas que hacen de nuestro mundo un lugar mejor.