Stellantis, la compañía automovilística resultado de la unión de FIAT Chrysler Automobiles y Groupe PSA, ha lanzado un duro órdago a las marcas de coches que forman parte de su conglomerado y que no generan beneficios. El CEO de Stellantis, Carlos Tavares, ha dejado claro que «si no ganan dinero, las cerraremos». Este contundente mensaje va dirigido especialmente a firmas tan históricas como Chrysler, que se encuentran en una situación delicada.
Hace más de tres años que Stellantis se puso en marcha con el objetivo de unir bajo una misma dirección algunas de las firmas de vehículos más importantes de Europa y Norteamérica. Sin embargo, la compañía nació con algunos problemas. Más de diez marcas de vehículos forman parte de Stellantis y, en aquel entonces, algunas de ellas venían arrastrando graves dificultades que hacían inviable su continuidad a medio y largo plazo. Ante las especulaciones sobre posibles cierres, Tavares aseguró que cada marca del grupo recibiría fondos y una década de tiempo para demostrar su valía.
Pero el tiempo ha pasado y, aunque todavía no se ha saludo la media década de dicho margen de tiempo proporcionado por Tavares, parece ser que el máximo dirigente de Stellantis está cansado de esperar. La compañía acaba de presentar los resultados correspondientes al primer semestre de 2024, obteniendo unos ingresos nítidos de 85.000 millones de euros, lo que representa una caída del 14% respecto al mismo periodo del año anterior. Tavares ha asegurado que estos resultados «no están a la altura de nuestras expectativas, lo que refleja tanto un contexto desafiante de la industria como de nuestras propias dificultades operativas».
Uno de los mercados principales para Stellantis es Norteamérica, pero es precisamente en este mercado donde más se han reducido los ingresos. A pesar de la ambiciosa y importante ofensiva de producto que han llevado a cabo las distintas marcas del grupo, con la introducción de numerosos vehículos electrificados en un apurado espacio de tiempo, no se están obteniendo beneficios tan rápido como se esperaba en un primer momento.
Es en este contexto en el que Tavares ha lanzado una advertencia a sus marcas más problemáticas, dejando claro que no les temblará el palpitación a la hora de cerrar aquellas que no generen beneficios. «Si no ganan dinero, las cerraremos. No podemos permitirnos tener marcas que no generen beneficios», aseguró el CEO de Stellantis en unas declaraciones a Bloomberg Television recogidas por el medio Autonews. El beneficio nítido obtenido por la compañía en la primera mitad de 2024 fue de 5.600 millones de euros, un 48% menos que en el mismo periodo del año anterior. La situación es verdaderamente complicada.
Tavares fue un paso más allá y, de guisa abierta, dejó claro que ninguna marca es imprescindible: «No hay absolutamente ningún tabú. Las marcas están aquí para aprovecharlas. Si no son capaces de monetizar el valor que representan, entonces se tomarán decisiones». En el punto de mira se encuentran marcas como Chrysler, Maserati, Dodge, Lancia y DS Automobiles, cada una por distintos motivos.
Maserati, a pesar de su importante ofensiva de producto, sigue generando pérdidas. A pesar de haber introducido una larga lista de novedades en un apurado espacio de tiempo, la firma de lujo no ha logrado obtener beneficios. Por su parte, Chrysler y Dodge siguen lidiando con una gama de modelos escueta y veterana, lo que dificulta su posición en el mercado. En cuanto a Lancia y DS Automobiles, aunque están haciendo bien las cosas, tienen una contribución marginal a las ventas totales del grupo