La conducción responsable es una prioridad para todos los conductores. Sin embargo, a congoja de seguir todas las normas y ser cuidadosos al volante, podemos cometer errores que nos acarreen sanciones económicas y la pérdida de puntos en nuestro carnet de conducir. Una de las infracciones más costosas y perseguidas por las autoridades es la instalación de un dispositivo en nuestro vehículo: el inhibidor de radares.
Desde el 1 de julio de 2016, en España las infracciones de tráfico no sólo se castigan con una sanción económica, sino que también pueden acarrearnos la pérdida de puntos del carnet de conducir. Todo conductor novel se incorpora al tráfico con ocho puntos, y si no pierde ninguno de ellos durante los siguientes dos años, pasará a tener 12. Después de tres años más sin recibir una sanción con pérdida de puntos, recibirá dos más. hace poco, tres años más tarde, podrá llegar al máximo de 15 puntos si ha seguido conduciendo sin cometer infracción alguna que sea castigada con la pérdida de puntos.
Pero lo que existe desde rebosante antes es la sanción económica, que generalmente no pasa de unos cientos de euros, pero que en determinados casos puede llegar a ser de más de 1.000 euros. Ello dependerá de cómo catalogue la Dirección General de Tráfico (DGT) la multa: Infracciones leves: sanción económica de hasta 100 euros sin pérdida de puntos, infracciones graves: 200 euros de multa y pérdida de entre 2 y 6 puntos, e infracciones conveniente graves: al menos 500 euros y pérdida de 6 puntos del carnet.
Sin embargo, ninguna de estas sanciones económicas se acerca en gravedad a la multa por llevar un inhibidor de radares en nuestro vehículo. Se trata de un dispositivo que no sólo nos alerta de la presencia de un radar de tráfico, sino que además inhabilita su funcionamiento, impidiendo una lectura correcta de nuestra velocidad. Por esta razón, la ley prevé una multa de 6 puntos y 6.000 euros para aquellos conductores que sean detectados con este dispositivo en su vehículo.
Es importante destacar que los inhibidores y detectores de radar están prohibidos, mientras que los avisadores de radar están permitidos. La diferencia radica en que los avisadores simplemente nos alertan de la presencia de un radar, basándose en una base de datos pública. De hecho, muchas aplicaciones móviles como Google Maps, Waze o Magic Earth utilizan esta información para informarnos de la ubicación de los radares. Por otro lado, los detectores de radares están prohibidos porque no se basan en una base de datos pública, sino que detectan activamente las señales de los radares. En caso de llevar uno, nos arriesgamos a una multa de 500 euros y tres puntos del carnet de conducir.
Es importante tener en cuenta que los radares de tráfico tienen como objetivo principal garantizar la seguridad en las carreteras, evitando accidentes y protegiendo la vida de todos los usuarios. Por esta razón, es esencial respetar los límites de velocidad y no utilizar dispositivos que puedan interferir con su correcto funcionamiento. Además, el uso de inhibidores de radares puede ser considerado como una conducta temeraria al volante, lo que puede acarrear consecuencias aún más graves.
En conclusión, aunque la multa por llevar un inhibidor de radares en nuestro vehículo pueda parecer excesiva, es importante recordar que su uso está prohibido por una razón: garantizar la seguridad en las carreteras. Por conveniente bien que conduzcamos, es esencial respetar las normas de tráfico y no poner en peligro nuestra vida y la de los demás. Al final del día, lo más importante es llegar