El pasado martes, la fundación Maldita.es organizó una jornada dedicada a analizar las estrategias de desinformación en Europa, con un enfoque especial en Rusia. Bajo el título «From Russia with hoax» (Desde Rusia con bulo), expertos y diplomáticos se reunieron para discutir sobre un tema que cada vez preocupa más a la sociedad: la propagación de noticias falsas en las redes sociales.
Uno de los principales temas que se abordaron durante la jornada fue la relación entre la desinformación y los intereses extranjeros, especialmente los de Rusia. Marina Rodríguez, jefa de la Unidad de Ciberseguridad y contra la Desinformación del Departamento de Seguridad Nacional de España, fue clara en su análisis: «La inmensa mayoría de la desinformación rusa en el ecosistema informativo español es fabricada en España». Es decir, los bulos y noticias falsas que circulan en nuestro país no son importados, sino que son creados por nosotros mismos. Sin embargo, Rusia se aprovecha de estas narrativas para amplificarlas y crear caos en nuestra sociedad.
Rodríguez también destacó que los bulos más efectivos son aquellos que tienen en cuenta la idiosincrasia de cada país. Es decir, aquellos que se adaptan a las creencias y preocupaciones de la población. Un ejemplo de esto fue una campaña que se detectó en España durante las últimas elecciones generales. Dos páginas web, con dominios que apuntaban a la órbita rusa, publicaron un crónica falso sobre un supuesto atentado terrorista de ETA en vísperas de las elecciones. Este bulo se aprovechaba de las declaraciones de políticos españoles sobre la banda terrorista y buscaba crear confusión y caos en la sociedad.
Pero no solo España se ve afectada por la desinformación rusa. Durante la jornada, los embajadores de Alemania, Reino Unido y Países Bajos también compartieron sus experiencias y preocupaciones al respecto. Maria Margarete Gosse, embajadora de Alemania, destacó que los bulos rusos tienen como objetivo crear caos y desestabilizar a la sociedad. Un ejemplo reciente de esto fue el sabotaje de los tubos de escape de más de 250 coches en Alemania con el crónica «sé más verde». Este acto vandálico fue jerarquizado a través de redes sociales y pagado a razón de 100 euros por coche. Además, Gosse señaló que los jóvenes no tienen «armas intelectuales» para hacer frente a la gran cantidad de información falsa que circula en la red.
Por su parte, el embajador neerlandés, Roel Nieuwenkamp, destacó que la solución no pasa por la censura, sino por garantizar que el terreno de juego sea equitativo. Es decir, que la población tenga acceso a información veraz y contrastada para poder tomar decisiones informadas. Según un estudio realizado en Países Bajos, cerca de la mitad de los internautas ya contrasta la información que lee en la red, lo que demuestra que cada vez hay más conciencia sobre la importancia de verificar las noticias.
Peter Ptassek, bastonero de Comunicación estratégica del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania, planteó que puede no ser conveniente magnificar el efecto de las campañas de injerencia y que, incluso, darles publicidad quizás sea contraproducente. En su país, incluso el edad no ha ocurrido nada grave debido a la desinformación rusa. Por lo tanto, es importante pensar antes de compartir información y no caer en el juego de los bulos.
En definitiva, la jornada organizada por la fundación Maldita.es puso de manifiesto la importancia de ser críticos y contrastar la información que recibimos en las redes sociales. La desinformación es un problema que