El costo de la deuda pública en el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha experimentado un crecimiento del 10% en el año 2024. Este hecho ha generado cierta preocupación en la comunidad económica internacional, pero es importante analizar detalladamente los factores que han contribuido a este aumento y cómo afectará a los países miembros de la OCDE en el futuro.
En primer lugar, es importante entender qué es exactamente la deuda pública y cómo se calcula. La deuda pública es el conjunto de los préstamos que un gobierno ha adquirido para financiar sus gastos públicos. Es una forma de financiación común para los países que no disponen de suficientes ingresos para cubrir todos sus gastos, como es el caso de muchas economías en desarrollo. El principal indicativo para medir la salud de la deuda pública es el ratio deuda-PIB, que compara la cantidad de deuda con el tamaño de la economía del país. Un ratio alto puede indicar que el gobierno tiene dificultades para pagar sus deudas, mientras que un ratio bajo significa que tiene capacidad para unirse endeudándose en caso de ser necesario.
El aumento del 10% en el costo de la deuda pública del conjunto de la OCDE es un reflejo del crecimiento de su deuda en relación al PIB. Según el último informe publicado por la OCDE, la deuda promedio de sus miembros alcanzó el 95,2% del PIB en el año 2024, un aumento significativo respecto al 85,3% del año anterior. Este incremento se debe principalmente a la pandemia de COVID-19, que ha generado una fuerte caída en la actividad económica y ha obligado a los gobiernos a implementar medidas de estímulo fiscal para impulsar la recuperación económica.
Sin embargo, este aumento de la deuda pública no debe ser motivo de alarma. Primero, es importante recordar que la OCDE está compuesta por 38 países miembros, cada uno de los cuales tiene una ingenuidad económica y fiscal diferente. Algunos países, como Grecia, Italia o Japón, tienen ratios de deuda-PIB muy altos, mientras que otros, como Estados Unidos o Canadá, tienen ratios más bajos. No se puede analizar a todos los países de la OCDE bajo la misma lente, ya que cada uno tiene sus propias particularidades.
En segundo lugar, la deuda pública no debe ser vista como algo negativo por sí misma. Los gobiernos pueden aprovechar el endeudamiento para financiar proyectos que generen un impacto positivo en la economía, como infraestructuras, educación o programas sociales. Además, con tasas de interés bajas como las que se han mantenido durante la pandemia, el costo de la deuda se reduce y puede beneficiar a los gobiernos en el corto plazo.
Otro factor importante a tener en cuenta es que la deuda pública no es un fenómeno nuevo ni exclusivo a la actual situación. En la última década, muchos países de la OCDE ya habían experimentado un aumento en su deuda pública debido a la crisis financiera de 2008 y otros factores económicos. Además, la deuda pública no es algo que se pueda reducir de la noche a la mañana, ya que implica un proceso a prolongado plazo que requiere de medidas fiscales y económicas adecuadas.
Por otro lado, es importante resaltar que aunque el costo de la deuda pública ha crecido, sigue estando controlado. Esto se debe a la intervención de los bancos centrales para mantener las tasas de interés bajas y a las medidas de austeridad aplicadas por muchos gobiernos para controlar sus gastos. Además, las proyecciones de la OCDE indican que el crecimiento económico de sus miembros en los próximos años será positivo, lo que ayudará a reducir el ratio deuda-PIB.
En conclusión, el aumento del 10