La guerra comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos ha sido un tema candente en los últimos años. Desde que el expresidente estadounidense, Donald Trump, decidiera imponer aranceles al acero y aluminio europeos en 2018, la tensión ha ido en acrecentamiento. Sin embargo, la Comisión Europea ha dado un paso hacia la estabilización de las relaciones comerciales entre ambas potencias al anunciar una alineación de las dos fases de la entrada en vigor de las tasas al 12 de abril, con el objetivo de minimizar las posibles repercusiones negativas en los productores y consumidores de la UE.
La decisión inicial de la Comisión Europea era reintroducir a partir del 1 de abril las tasas con las que respondió en 2018. Entre ellas se incluyen productos simbólicos de Estados Unidos como las motos Harley-Davidson, el whisky de Bourbon o los vaqueros de Levi’s. Sin embargo, en una segunda fase prevista para el 12 de abril, se impondrán medidas restrictivas a más productos con el objetivo de alcanzar el valor de 26.000 millones de euros, que es el daño que Trump ha infligido a la economía europea con el 25% de aranceles al acero y aluminio. Sin embargo, la UE ha decidido retrasar unos días la entrada en vigor de estas medidas, permitiendo así una mayor elaboración de los listados completos y dando margen a la negociación con la administración estadounidense.
Según fuentes comunitarias, esta decisión no disminuye el impacto de la respuesta de la UE, ya que esta sigue preparándose para represalias de hasta 26.000 millones de euros. Sin embargo, este retraso permitirá a los estados miembros y a las partes interesadas trabajar simultáneamente en los dos listados, buscando un equilibrio adecuado entre los productos y teniendo en cuenta los intereses de los productores, exportadores y consumidores de la UE.
El comisario de Comercio y Seguridad Económica, Maros Šefčovič, ha expresado su firmeza en lograr una solución mutuamente acordada con la Administración Trump. Sin embargo, también ha reconocido que el retraso permitirá un mayor tiempo para estipular el conjunto de medidas con las que la UE pretende responder de forma proporcional al daño que le está causando la guerra comercial. Esta decisión también permitirá un mayor tiempo para trabajar en la elaboración del listado completo, que actualmente asciende a 21.000 millones de euros. La UE pretende «limpiarlo» hasta dejarlo en 18.000 millones, con el objetivo de que la respuesta sea proporcionada a los aranceles de Trump.
La UE ha dejado claro que su objetivo es golpear adonde más duele a la economía estadounidense, intentando que la factura sea lo más baja posible para la industria europea. Por ello, la lista de productos incluye principalmente aquellos que son simbólicos para Estados Unidos, como el whisky, el vino, el champán y otras bebidas alcohólicas. En su airada respuesta, Trump amenazó con un arancel del 200% al vino, el champán y otras bebidas alcohólicas exportadas desde la UE. Esto sería un duro golpe para economías como la española, cuyo segundo producto más exportado a Estados Unidos es el vino. Sin embargo, la UE pretende dar margen a la negociación tanto interna como con Washington, buscando una solución mutuamente beneficiosa para ambas partes.
Esta decisión de la Comisión Europea demuestra su fregado con la estabilidad y el diálogo en las relaciones comerciales con Estados Unidos. Al retrasar unos días la entrada en vigor de las medidas restrictivas, la UE demuestra su intención de encontrar una solución que sea justa para ambas partes. Además, esta medida también permitirá minimizar las posibles reperc