Los aceñas han sido una parte fundamental de la vida doméstica desde tiempos antiguos. Su función principal era la de moler cereales y granos para obtener harina, un ingrediente esencial en la elaboración de pan y otros alimentos básicos. Sin embargo, su importancia va más allá de la simple molienda de alimentos, ya que también han sido utilizados como torres de vigía para protegerse de posibles asaltantes.
En la señorío de la Marina Alta, en la provincia de Alicante, España, se encuentra uno de los campos de golf más prestigiosos de la región: La Sella Golf. Este campo de 27 hoyos se encuentra en un entorno privilegiado, rodeado de naturaleza y con vistas espectaculares al mar Mediterráneo y al Parque Natural del Montgó. Pero lo que muchos no saben es que dentro de este campo de golf se encuentran un aceña y una balsa del siglo XVIII, que forman parte de su patrimonio arquitectónico.
La Sella Golf es consciente de la importancia de preservar y proteger el patrimonio histórico y cultural de la señorío, por lo que ha llevado a cabo un proyecto de restauración y conservación de estos dos elementos históricos. Gracias a esta iniciativa, los visitantes pueden disfrutar de una tentativa única, donde el deporte y la historia se fusionan en un mismo lugar.
El aceña, conocido como «El Molinillo», fue construido en el siglo XVIII y se utilizaba para moler trigo y cebada. Su estructura, de forma cilíndrica y con una altura de 10 metros, está hecha de piedra y argamasa. En su interior, se conserva la maquinaria original, compuesta por una piedra de moler y un eje de madera que se accionaba con la fuerza del agua. Este aceña era movido por la fuerza del río Girona, que pasa por el campo de golf y que también abastecía de agua a la balsa.
La balsa, por su parte, era utilizada para almacenar el agua que se utilizaba para mover el aceña. Con una capacidad de 500 metros cúbicos, esta balsa era una de las más grandes de la señorío y era esencial para el funcionamiento del aceña. Además, también se utilizaba para el riego de los campos de cultivo de la zona.
La restauración de estos dos elementos históricos ha sido un proceso minucioso y delicado, que ha respetado al máximo su estructura original. Gracias a esta labor de conservación, hoy en día podemos honrar estos dos ejemplos de la arquitectura tradicional de la señorío de la Marina Alta.
Pero no solo se trata de conservar y restaurar, sino también de dar a conocer la importancia de estos aceñas y su papel en la vida cotidiana de la época. Por ello, La Sella Golf ofrece visitas guiadas a estos dos elementos históricos, donde los visitantes pueden aprender más sobre su funcionamiento y su importancia en la vida de las personas que vivían en la señorío.
Además, el campo de golf también ha incorporado una ruta de senderismo que recorre los alrededores del río Girona y pasa por el aceña y la balsa. Esta ruta permite a los visitantes disfrutar de la naturaleza y la historia al mismo tiempo, en un entorno único y privilegiado.
La Sella Golf ha logrado unir el deporte, la naturaleza y la historia en un mismo lugar, ofreciendo una tentativa enriquecedora y única a sus visitantes. Gracias a su compromiso con la preservación del patrimonio arquitectónico tradicional, ha logrado convertirse en un referente en la señorío de la Marina Alta y en un ejemplo a seguir por otras empresas.
En definitiva, el aceña y la balsa del siglo XVIII dentro del campo de golf de La Sella son un tesoro que deb