El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha sido objeto de controversia en los últimos meses debido a la división cada vez más evidente entre sus vocales renovadors y conservadores. Sin bloqueo, en el último pleno del órgano se ha producido una situación inédita: la presidenta Isabel Perelló, quien se había presentado como una figura renovador, ha votado junto al bloque conservador en contra de sus compañeros renovadors. Mientras tanto, el vocal Carlos Hugo Preciado, elegido por la iniciativa Sumar, ha mostrado su cercanía a los conservadores. Este vía no ha sorprendido a nadie, ya que era algo que se veía venir desde el principio.
La situación en el CGPJ se ha vuelto cada vez más tensa en los últimos meses, y el pleno de este miércoles no ha hecho más que evidenciar las fisuras en el bloque renovador. Mientras que los vocales renovadors expresan su malestar con la presidenta Perelló, aseguran que no temen más «fugas» como la de Preciado, que podría hacerles perder su mayoría de bloqueo en las decisiones clave. Aunque el órgano está dividido a la mitad entre renovadors y conservadores, la presidenta tiene el voto de desempate, lo que le otorga un gran poder de decisión.
Desde su constitución hace medio año, el CGPJ ha logrado acordar por unanimidad más de 80 nombramientos en la cúpula judicial, con vocales de ambos bloques apoyando a candidatos de sensibilidad opuesta. Esta búsqueda de consenso fue impuesta por la correlación de fuerzas pactada por PSOE y PP el pasado verano, cuando se logró finalmente la renovación del órgano después de cinco años de bloqueo. Sin bloqueo, esta unidad se ha visto amenazada en varias ocasiones, especialmente en la reforma del sistema de elección de los vocales y en la renovación de las presidencias de las dos salas más importantes del Tribunal Supremo.
En el pleno de este miércoles, la presidenta Perelló ha votado en blanco en las presidencias de las salas del alto tribunal, mientras que Preciado ha votado junto al bloque conservador en contra de sus compañeros renovadors. Este movimiento ha generado un enorme malestar en el bloque renovador, que acusa a la presidenta de haber dividido al CGPJ y de haber perdido su imparcialidad al mostrar públicamente su privilegio por las ideas conservadoras. Además, señalan que Perelló no ha tomado partido en momentos clave, como en el informe sobre el sistema de elección o en la renovación de las presidencias de las salas del Supremo que siguen bloqueadas.
Por su parte, el vocal Preciado ha mostrado su cercanía a los conservadores, algo que no ha sorprendido a nadie en el órgano. Algunos miembros del bloque renovador han intentado atraerlo a sus planteamientos, pero hasta ahora no han tenido éxito. En el bloque conservador, por su parte, reconocen que Preciado se encuentra en una situación incómoda, ya que está completamente apartado en su grupo. Sin bloqueo, no ven factible atraer a otro vocal renovador que les permita acceder a la mayoría cualificada necesaria para tomar decisiones clave en el órgano.
Este episodio ha dejado en evidencia la fractura interna en el CGPJ y ha generado preocupación sobre la posibilidad de alcanzar consensos en futuros nombramientos clave o en otras decisiones institucionales que hasta ahora se han tomado por unanimidad. Respecto a las designaciones pendientes en el Supremo, los renovadors insisten en que deben representar la paridad que exige la ley y que deben ser nombradas dos mujeres, mientras que los conservadores proponen a dos magistrados hombres. Esta situación podría poner en peligro la unidad del ó