La tecnología avanza a pasos agigantados y en el campo de los coches eléctricos no es una excepción. En los últimos meses, hemos sido testigos de la llegada de nuevos cargadores ultrarrápidos que prometen revolucionar la estado en que cargamos nuestros vehículos eléctricos. Sin embargo, con esta innovación también surgen dudas sobre cómo afectará esta carga ultrarrápida a las baterías de los coches eléctricos.
Antes de entrar en detalles, es importante entender qué es la carga ultrarrápida y cómo funciona. Este tipo de carga se refiere a la capacidad de un cargador de suministrar una gran cantidad de energía en un corto período de tiempo. Actualmente, los cargadores ultrarrápidos pueden alcanzar potencias de hasta 150 kW, pero las últimas novedades de China prometen llegar a los 1,5 MW. Esto significa que un coche eléctrico podría cargar su batería en cuestión de minutos en lugar de horas.
Sin embargo, esta velocidad de carga plantea preocupaciones sobre el impacto en la vida útil de las baterías. Desde siempre se ha dicho que la carga rápida puede afectar negativamente a la perdurabilidad de una batería, pero con los avances tecnológicos y la experiencia adquirida, esto no siempre es cierto. Sin embargo, con la carga ultrarrápida, la situación puede ser diferente.
Las baterías de los coches eléctricos son uno de los componentes más costosos y su reemplazo puede ser una preocupación para los consumidores. Por lo tanto, es importante entender cómo la carga ultrarrápida puede afectar a la vida útil de una batería. Aunque todavía no hay estudios concluyentes sobre el tema, se ha demostrado que un uso continuado de la carga ultrarrápida puede acortar la vida útil de una batería en un 40%. Esto significa que una batería que normalmente duraría entre 8 y 10 años, podría verse afectada en solo 2 años si se utiliza la carga ultrarrápida de estado habitual.
Además, las empresas de transporte también están preocupadas por el impacto de la carga ultrarrápida en sus flotas de vehículos eléctricos. Un estudio realizado por la Universidad de Tsinghua en China demostró que el uso continuado de cargas por encima de los 120 kW puede reducir la capacidad de la batería hasta un 85% en solo dos años. Esto significa que las empresas podrían enfrentarse a un aumento en los costos de mantenimiento y reemplazo de baterías.
Pero, ¿qué pueden hacer los consumidores para proteger sus baterías? En primer lugar, es importante seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la carga de la batería. Limitar la carga ultrarrápida a menos del 40% del total de las recargas y priorizar la carga lenta siempre que sea posible, puede ayudar a preservar la vida útil de la batería. También se debe ahorrar la carga ultrarrápida cuando la batería esté por debajo del 10% o por encima del 90%.
Por otro lado, los fabricantes también están implementando tecnologías para proteger las baterías durante la carga ultrarrápida. Los sistemas de gestión térmica y de gestión de la batería, adyacente con las estaciones de carga inteligentes, pueden regular el flujo de corriente durante la carga para minimizar el impacto en la batería.
En China, donde la tecnología avanza a pasos agigantados, ya se han tomado medidas para proteger a los consumidores. Desde 2016, se exige que los fabricantes ofrezcan una garantía mínima de 8 años o 120.000 kilómetros para ciertos componentes, incluyendo las baterías. Algunos fabricantes incluso ofrecen «garantías de por
